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martes, 10 de mayo de 2011

6- Los niños españoles en la Unión Soviética comienzan a trabajar

Instituto Técnico de Peritaje de Moscú. Foto UGT

Hay que tener en cuenta que, en estos años de la evacuación muchos niños españoles, al igual que otros jóvenes soviéticos, se vieron obligados a trabajar debido a las condiciones en que se encontraba el país. En algunos casos, estos trabajos se presentan sólo como actividades adicionales y extraescolares. A veces, incluso como trabajos casi domésticos, mientras se seguía de forma paralela la formación en la escuela. En otros, los discursos reflejan la dureza de las tareas realizadas y las dificultades para seguir el programa escolar, y presentan estas actividades como trabajo propiamente dicho en vez de considerarlas como actividades extraescolares. En estos casos, la remuneración se entiende más bien como recompensa o propina, no como el producto de una relación laboral contractual. O, finalmente, aquellos que tenían mayor edad en el momento de la guerra, relatan cómo se integraron plenamente en el mundo laboral, dejando por completo la escuela.

Pero independientemente de cómo fuera el paso de la vida estudiantil a la del trabajo, en cada relato particular, es que en la mayoría de los discursos, aparece como una ruptura radical la salida de las Casas de niños. Este cambio es ilustrado como un corte en las trayectorias, ya que supone la inserción en la vida de adultos y con ello la integración en la sociedad soviética. Es el momento en que se sale a la vida, se comienza a vivir solos, «cuando terminamos la escuela y ya íbamos a ingresar en la escuela superior, entonces nos tenían que dar ropa, y nos tenían que dar cosas para vivir, porque salíamos a la vida con diecisiete años, a vivir ya independientes», dice uno de los testigos entrevistados. Y, el texto que citamos, prosigue: "En este momento de cambio se construye en los discursos, con gran frecuencia recurriendo a imágenes de desorden, descontrol y sobre todo desatención, como consecuencia de la invasión alemana y se refuerza discursivamente, describiendo la precariedad material que denunciaba haber padecido y que, en muchos casos, le sirve al agente para justificar el haber robado o vendido cartillas de racionamiento, haberse dedicado a la práctica del estraperlo; anécdotas que se utilizan estratégicamente para presentar una imagen desastrosa de aquellos momentos. La construcción de esta imagen se refuerza al contrastarla con la vida durante la estancia en las Casas de niños que, como hemos visto, se contempla fundamentalmente como un periodo en el que contaron con gran protección y donde el bienestar material estaba mínimamente garantizado. De esta manera, la salida de las Casas supone el momento de enfrentarse a las dificultades económicas y de tener que resolver por sí mismos la manutención, la vivienda, que, hasta ese momento, tenían aseguradas."(1). A esta objetiva descripción de las consecuencias, que para los niños españoles evacuados a la URSS tuvo la agresión alemana, es necesario añadir que las penurias y sufrimientos que ello originó, afectaron a toda su población. Hay que tener en cuenta los casi 30 millones de muertos que tuvo esa población, los miles de pueblos y ciudades destruidos, la destrucción casi total de la infraestructura de las regiones ocupadas por los nazis, y la devastación que en ella realizaron, mientras que el Ejército y el pueblo soviético salvaba in extremis Leningrado, Moscú y Stalingrado. (2)

Gran parte de los jóvenes españoles se incorporaron al Ejército Rojo como muestra de agradecimiento a la URSS por su acogida, otros permanecían en retaguardia y algunos de ellos fallecieron.

1- Los niños españoles en la URSS (1937-1977
2- El exilio de los niños españoles en la Unión Soviética