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martes, 24 de noviembre de 2015

Aterrizaje forzoso en el gulag


Stalin confinó en campos de trabajo a los pilotos republicanos que se instruían en la URSS y que reclamaron su repatriación al final de la Guerra Civil

Tereixa Constenla - Madrid 14 SEP 2010
"Yo, Hermógenes Rodríguez, me dirijo a usted respecto al siguiente asunto: fui enviado por el Gobierno de la República Española a la Unión Soviética para participar en 1938 en un curso de pilotaje, que no pude terminar. Pedí inmediatamente mi repatriación, que hasta hoy me han negado. Desde 1941 me encuentro en un campo de concentración solo por ser español".

Hermógenes Rodríguez era uno de los 180 aviadores republicanos en fase de formación a quienes el final de la Guerra Civil sorprendió en la URSS. "Usted" era G. M. Malenkov, sucesor de Stalin en la presidencia del Gobierno de la URSS. El texto pertenece a una carta de mayo de 1953, dos meses después de la muerte de Stalin, que se reproduce en el libro Los últimos aviadores de la República, escrito por Carmen Calvo Jung y editado por el Ministerio de Defensa y la Fundación Aena.

Carmen Calvo es la hija de uno de esos aviadores -José Calvo- que salió de España con el objetivo de retornar pronto para ir a la guerra y que, acabada ésta en 1939, tardó 15 años en volver a su tierra. En ese tiempo le zarandearon por diferentes cárceles y campos de trabajo forzoso. Fue una víctima más del Archipiélago Gulag, la maraña de campos de castigo soviéticos donde cualquiera podía acabar por cualquier cosa. Allí fueron encerrados los españoles de la División Azul que habían ido a pelear contra el Ejército Rojo. Su confinamiento encaja dentro de la lógica de la guerra, que divide el mundo entre amigos y enemigos. Pero, ¿qué hacían allí los aviadores de la República?

Carmen Calvo congeló temporalmente su trabajo en Berlín -como arquitecta se dedica a la restauración y conservación de patrimonio- para responder a una cuestión que su padre había eludido en vida. Ni en los documentos que recibió tras su muerte ni en libros de historia se aclaraba la incógnita. Así que Calvo ha dedicado 10 años a rastrear en 24 archivos e instituciones de España, Suiza, Francia, Alemania, Holanda y Rusia la pista de aquellos pilotos atrapados en la URSS que deseaban volver a España o exiliarse en otro país.

Su vinculación familiar, además, le abrió las puertas de los archivos personales de los protagonistas. Casi nadie quería hablar, pero casi todos ordenaron sus recuerdos por escrito. Como José Romero Carreira, que describió la crudeza en el campo de Kok-Usek -la mortalidad superaba el 60%- en unas memorias inéditas: "La mínima ración que se suministraba de alimentos nos había postrado a todos en un estado de inanición. (...) Todo barniz social había desaparecido. Los títulos, los espíritus refinados, los aristócratas habían descendido al rango de hombre primitivo. Los espíritus más refinados de Viena convivían con los analfabetos y rudos carreteros y pastores de Rumania. Los niños tenían que defender sus alimentos contra la expoliación de sus padres. Situación trágica en la que puede caer el hombre cuando las circunstancias desatan las fuerzas de su subconsciente".

De los 25 pilotos internados hasta 1948, Romero fue de los pocos juzgado y condenado. La razón: sumarse a la huelga de hambre de los presos de la División Azul para exigir una mejora en las condiciones del campo en 1952. El segundo delito que cometió fue montar una escuela para enseñar a leer a los divisionarios. "Los republicanos siempre tuvieron la cabeza alta. Su gran lección fue la de que cada persona tiene que cuidar de los demás", destaca Carmen Calvo, que da vueltas a la realización de un documental sobre los hijos de aquellos pilotos secuestrados por el régimen de Stalin. ¿Por qué? "Porque no querían que el mundo supiese que había republicanos incómodos en el paraíso".

Presos rojos en el 'paraíso' rojo
- Desde enero de 1937, las autoridades republicanas enviaron a unos 800 alumnos en cuatro expediciones para instruirse como pilotos en Kirovabad (Azerbaiyán) y Járkov (Ucrania).

- El Kremlin, apoyado por dirigentes comunistas españoles exiliados en la URSS, presionó a los 180 aviadores españoles que seguían en el país al final de la Guerra Civil para que se nacionalizasen y permaneciesen allí.

- En junio de 1941, tras algunas deportaciones ejemplarizantes, solo 25 seguían reclamando su salida de la URSS. Otro medio centenar acabaría pilotando para el Ejército Rojo.

- Tras el ataque alemán a la URSS el 22 de junio de 1941, los 25 pilotos fueron enviados a campos de trabajo forzado en Siberia, donde estuvieron internados hasta 1948.

- El Gobierno soviético orquestó en 1948 una falsa operación de repatriación desde Odessa tras una campaña internacional de la Federación Española de Deportados e Internados Políticos, pero siguió presionando a los españoles para que renunciasen a salir y aceptasen la nacionalidad. Doce se resistieron.

- Estos 12 regresaron a España en el buque Semíramis, que atracó en Barcelona en abril de 1954, rodeado de una triunfal bienvenida dirigida a los 246 prisioneros de guerra de la División Azul que viajaban en el barco.

miércoles, 21 de octubre de 2015

La sombra de Ernő Gerő. La acusación de trotskismo a los brigadistas húngaros: Albacete (1938) y Budapest (1949)


La sombra de Ernő Gerő. La acusación de trotskismo a los brigadistas húngaros: Albacete (1938) y Budapest (1949)
 Texto completo: PDF

Resumen: Después de la Segunda Guerra Mundial en los estados de Europa del Este gobernados por los partidos comunistas que seguían el modelo soviético, se iniciaron procedimientos de depuración estalinista. Muchas víctimas procedían de las esferas más altas de la élite comunista. 155 personas fueron acusadas en Hungría en el proceso contra “László Rajk y su grupo” o “László Rajk y Compañía”. Muchos de ellos eran ex-brigadistas condenados por su “desviación trotskista” durante la Guerra Civil española. Con el análisis de las fuentes de fondos secretos de la policía política húngara y los documentos de la KGB, del Komintern y de las memorias de los supervivientes, el presente artículo examina “el hilo español”, destacando el papel negativo de Ernő Gerő en estos acontecimientos.

Abstract: After World War II, following the Soviet example, there was a political purge in the Eastern European countries that were under Communist governments. Many of the victims were from the highest ranks of the Communist parties. In Hungary 155 people were convicted in the show trial of “László Rajk and his associates”. One of the charges against Rajk and his group –who were all former brigadists – was the “Trockyist deviation” during the Spanish Civil War. This study, based on the formerly secret fonds of the Hungarian Political Police and the relevant documents of the Comintern and the KGB, analyses this “Spanish yarn”, and puts a special emphasis on Ernő Gerő’s negative role in the events.

domingo, 26 de julio de 2015

Primera condena en Rumanía por "crímenes contra la humanidad"

Alexandru Visinescu, a la salida de los juzgados de Bucarest el pasado septiembre
 / Vadim Ghirda (AP)
Andalucía Información / Agencias 25/07/2015 
El antiguo director de una de las prisiones más temidas del antiguo régimen comunista de Rumanía, Alexandru Visinescu, ha sido condenado hoy a una pena de 20 años de cárcel por "crímenes contra la humanidad", una sentencia inédita desde que el país recuperó la democracia, hace un cuarto de siglo.
 
Visinescu, de 89 años y procesado desde el pasado septiembre, ha sido condenado por su gestión de la prisión de Ramnicu Sarat entre 1956 y 1963.
 
En ese presidio se recluyó a muchos detenidos políticos en condiciones inhumanas, y al menos 14 de ellos murieron durante su mandato.
 
La fiscalía había solicitado una pena de 25 años, y la defensa tiene ahora diez días para apelar, algo que según indicó es "muy probable" que suceda.
 
La prisión de Ramnicu Sarat, al este de Rumania
 / Cristian Movila (The New York Times)
Los reclusos de Ramnicu Sarat estaban en régimen de aislamiento, tenían prohibido hablar y era frecuente que sufrieran palizas y hambre debido a la escasa comida que se les suministraba.
 
La Fiscalía le acusó de "falta de cuidados médicos y degradación de la salud de los prisioneros debido a una mala alimentación, celdas gélidas, palizas y castigos aplicados de manera indiscriminada y abusiva".
 
Visinescu, que no estuvo en el tribunal cuando se leyó la sentencia, siempre ha alegado que se limitó a seguir órdenes y no ha mostrado signos de arrepentimiento.
 
Los abogados de la defensa han venido subrayando durante el juicio que el ahora condenado tiene una delicada salud.
 
En una de sus declaraciones en el juicio defendió que "las causas de la muertes fueron naturales" y que las sanciones "se aplicaban siguiendo los informes de los guardias".
 
Se estima que hasta 200.000 personas estuvieron encarceladas en Rumanía por sus ideas políticas entre 1945 y 1989, según organizaciones de memoria histórica rumanas.
 
Visinescu es la primera persona que responde por los crímenes del régimen comunista desde que el último dictador rumano, Nicolae Ceausescu, y su esposa Elena, fueron ejecutados tras un juicio sumario en la revolución de 1989, que acabó con la dictadura.
 
Este primer juicio llega más de 25 años después de la caída de la dictadura, cuando la mayoría de los supuestos responsables de otros crímenes han muerto o tienen ya más de 80 años.
 
Diferentes asociaciones rumanas han valorado de forma positiva la sentencia, aunque recuerdan que ningún alto cargo del régimen comunista ha sido nunca condenado.
 
"Es una victoria moral para nosotros", declaró a los medios rumanos tras el juicio Anca Cernea, cuyo padre y abuelo estuvieron internados en esa prisión.
 
"Cometió crímenes, y aunque ha pasado mucho tiempo desde entones, debe pagar por ello", agregó.

viernes, 26 de junio de 2015

Karagandá: la estepa de los 34 gallegos «enterrados en vida»

Foto de la web de la Embajada de España en Astaná (Kazajistán)
 
Un monumento recientemente inaugurado en esta región de Kazajistán recuerda a los españoles presos en el Gulag, que agrupó a republicanos y miembros de la División Azul
 
 Javier Armesto
 
 

miércoles, 17 de junio de 2015

Homenaje a los republicanos españoles en campos de trabajo de Kazajstán

 
Recuerdo y homenaje a los españoles republicanos internados en los campos de trabajo de Kazajstán
 
AGE 14/6/15
Durante el periodo estalinista en la URSS hubo un grupo de republicanos españoles, entre ellos niños, maestros, marinos y aviadores, que acabaron siendo internados en el Gulag, a veces por pequeñas causas como robos en periodos de hambre y guerra, otras veces por temas de mayor gravedad, y en numerosos casos por simples sospechas o pura persecución política.
 
Invitada por el gobierno de Kazajstán y la Embajada Española en Astaná, junto a un grupo de familiares de presos republicanos, niños de la guerra, maestros, marinos y pilotos, Dolores Cabra, Secretaria General de AGE, viajó a Astaná, al antiguo campo de prisioneros de Karaganda y al museo y los archivos de la represión en Dolinka, los días 29 de mayo a 1 de junio del actual.
 
En el memorial donde estuvo ubicado el campo de trabajos forzados de Karaganda se ha levantado un sencillo monumento en recuerdo de los españoles internados y fallecidos allí. En este campo existen ya monumentos en memoria de los presos de numerosos países.
 
Tal y como recibimos el mensaje de nuestra anterior Presidenta, Adelina Kondratieva, teniente de aviación de la República Española y Teniente Mayor en la Guerra Patria, debíamos velar por los pilotos, marinos, maestros, niños de la guerra cuyo destino fue ser concentracionarios de esos campos. Y así lo hemos hecho, cumpliendo con este deber de memoria.Y también recordando a nuestra consocia y compañera de Caravanas de Memoria, la niña de la guerra cántabra Josefina Iturrarán, fallecida en enero de 2014, quien tanto nos ilustró sobre estos hechos a través de sus investigaciones.
 
En homenaje a Adelina y a todos ellos hicimos acto de presencia republicana en el Museo-Archivo de Dolinka, dedicado a las víctimas de la represión política, junto al Presidente de la Asociación de Aviadores de la República (ADAR) y la Directora de la Institución.
 
 
Dolores Cabra en el centro, con el Presidente de ADAR y la Directora del Museo de Víctimas de la Represión Política de Dolinka
 






 
Los Archivos Nacionales de la República de Kazajstán, el Archivo Estatal de la Región de Karaganda y el Museo de Dolinka son depositarios de la memoria de la represión política que afectó a víctimas de muchas nacionalidades, entre ellas españoles republicanos, internados en distintos campos de la antigua República Socialista Soviética de Kazajstán.
 
AGE ha tenido encuentros con los directores de los tres archivos y ha promovido un convenio de colaboración y de intercambio de documentación entre estos y el Archivo Nacional de Cataluña (ANC).

El País:




lunes, 2 de marzo de 2015

El Comité de Apoyo a la Ucrania Antifascista de Madrid enviará más brigadistas al Donbass el próximo mes de mayo

Foto Disopress
Ver vídeo
Disopress - Madrid, 27 de febrero de 2015
Apenas 24 horas despues que la Policía Nacional detuviera a ocho españoles por su participación en el conflicto del este de Ucrania, el Comité de Apoyo a la Ucrania Antifascista de Madrid ha confirmado el envío al Donbass de una nueva brigada de voluntarios internacionalistas y ha publicado un vídeo en Youtube llamando a la participación, ya sea de forma física o a través de colaboraciones.
 
Los activistas formarán parte de la segunda Caravana Antifascista de la Banda Basotti que, al igual que hiciera la primera, que ya estuvo en tierras ucranianas el pasado mes de septiembre, viajará al Donbass en labor humanitaria el próximo mes de mayo.
 
El objetivo, según han explicado sus organizadores, es “trasladar su solidaridad a los pueblos del Dombás que heroicamente resisten la embestida fascista” y hacerles entrega de artículos de primera necesidad, pero también denunciar la “manipulación mediática” y el papel de Estados Unidos y la OTAN en un conflicto que consideran político.
 
La caravana, que tiene prevista su salida para el próximo 9 de mayo –una fecha simbólica que coincide con el 70 aniversario del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi– contará con al menos una decena de voluntarios procedentes del Estado Español que integran la llamada ‘Brigada Rubén Ruiz Ibárruri’, en homenaje al militar español, hijo de ‘La Pasionaria’.
 
Algunos de ellos son los mismos que viajaron al este de Ucrania durante el verano, entre ellos Ramiro que, en una entrevista concedida a DISOpress a su regreso, narraba su experiencia en Lugansk y describía la situación en Ucrania como “una auténtica guerra medieval”.
 
Los ocho detenidos por luchar en Ucrania, acusados de asesinato, sedición y atentado contra los intereses de España
 
Los detenidos son ocho ciudadanos procedentes de Asturias, Cataluña, Extremadura, Madrid, Murcia y Navarra que supuestamente combatieron con las milicias populares del Dombass y a quienes ahora les imputan, entre otros cargos, delitos de asesinato, tenencia de armas y explosivos, y atentado contra los intereses de España en el extranjero.
 
Aunque todavía se desconocen muchos detalles del caso, parece que el primero de los delitos podría basarse en su colaboración con grupos que habrían participado en combate, mientras que el segundo se sustentaría en las imágenes y vídeos colgados por los acusados en sus propias redes sociales en los que aparecían armados.
 
Se trata en todo caso de comportamientos difíciles de probar como constitutivos de delito según la legislación española que, en principio, no castiga civil ni penalmente la participación voluntaria en un conflicto bélico extranjero. Prueba de ello es la contratación de españoles por parte de empresas privadas de seguridad que operan en zonas de conflicto y utilizan armamento pesado, una práctica habitual en España y ampliamente conocida por el gobierno.
 
Tampoco está nada claro que pueda ser constitutivo de delito el que los voluntarios españoles hayan participado en el conflicto ucraniano del lado de los llamados “separatistas prorrusos”, pues ninguna de las milicias integradas en este bando está considerada una organización terrorista por las Naciones Unidas.
 
“La solidaridad no es ningún delito”
 
“La solidaridad no es ningún delito”. Con esta frase cerraba el Comité de Apoyo a la Ucrania Antifascista de Madrid una rueda de prensa convocada esta misma tarde para mostrar su apoyo y su solidaridad a los ocho voluntarios detenidos, y pedir su inmediata liberación sin cargos.
 
“En contra de las mentiras y acusaciones vertidas por algunos medios de comunicación”, el Comité de Solidaridad con la Ucrania Antifascista “no es ni pretende ser ninguna suerte de oficina de reclutamiento”, han dicho en la convocatoria, en la que han defendido además la actuación del Comité y de las brigadas que, aseguran, “se basa en la solidaridad” y “busca proporcionar ayuda humanitaria”.
 
La plataforma ha aprovechado además el acto para denunciar “la hipocresía de los medios de comunicación” a quienes dicen, “no les ha parecido relevante el genocidio de civiles en el este de Ucrania”, y el “cinismo” del Gobierno español que “habla de neutralidad, a la vez que colabora directa y públicamente con el gobierno ilegal ucraniano”.
 
Los ocho detenidos ayer por la mañana fueron puestos en libertad con cargos a última hora de la tarde de ayer.

domingo, 1 de marzo de 2015

Internet, el Atajo a Comisaría

 
Esteban S. en opinión de Clase 1/3/15
Creo que no podía comenzar un día más triste que con la noticia de la detención de 8 internacionalistas en el Estado español tras volver de Ucrania y arriesgar su vida en contraposición a la masacre que está llevando el gobierno golpista de Kiev junto con sus amigos de EEUU y la UE.
 
Las agencias de noticias informaban de la detención. En Ucrania, en Rusia, en Europa, en ningún lado la terrible noticia ha pasado desapercibida. Incluso en los comentarios de agencias extranjeras se podía leer a ciudadanos rusos y ucranianos que escribían: «Gracias por la ayuda camaradas, resistid, llegará el día y os devolveremos el favor, resistid».
 
Para las y los que somos conscientes de cómo se distribuye la población reclusa de nuestro país y los delitos que la engordan, no puede haber peor titular para comenzar el día: ocho presos políticos más en el Estado español.
 
Sin embargo hasta aquí, solo he demostrado de una forma u otra un sentimiento bastante común en el estallido de solidaridad que ha inundado internet, y nosotras y nosotros, como comunistas que pretendemos derribar el poder burgués, no creo que debamos quedarnos en lo empírico de la detención. Debemos extraer todo el jugo de la experiencia; desde los grandes aportes de los camaradas en el extranjero, como las causas y efectos de su propia detención. Y esto último, supongo que no será del mismo gusto… pero como un camarada me dijo una vez (y suelo aplicarlo a todo) si no soy yo, ¿quién?; si no es ahora, ¿cuándo?
 
Podría afirmar que en el Estado español existen presos políticos que llevan décadas, incluso más de la mitad de sus vidas, encerradas en prisión, por hacer política y señalar sin tapujos que España es un Estado fascista. Y por supuesto, con la praxis coherente. De ahí el empeño del Estado en cazarlos. Quien comparta dicha opinión, y no son pocas y pocos, no debería extrañarle la detención de ocho internacionalistas que defienden a un pueblo de un gobierno golpista y fascista. Las simpatías ideológicas de ambos gobiernos y la complicidad legislativa y jurídica del “nuestro” con el fascismo debería resultar más que un escándalo algo de lo “más normal”. Sin embargo tales hechos no son ni la razón principal, ni la secundaria para afirmar que España es un Estado fascista; esta es tan solo otra más.
 
Hay que ver unos hechos desde una perspectiva quizás un poco crítica dada la reciente detención, pero vuelvo a la pregunta de antes: si no es ahora, ¿cuándo? Los camaradas en Ucrania sufrieron un “pequeño” desliz por el cual están detenidos. Pasaron de priorizar la seguridad individual para ir a Ucrania a tener un Facebook público que poco a poco el usuario empezó a quitar las bandas negras del Paint que cubrían su rostro en las fotografías (sin contar que con bandas o sin bandas negras que tapen el rostro exhibir en internet deja rastro)… ¿con qué intención? Imagino que los que nos podían resolver la duda, hoy se estarán lamentando. Y esto es así. No se puede cabrear a un perro atado si tu futura intención puede ser volver a dormir a su lado, porque la tentativa puede pasar factura. Y a estas alturas reírse de la Audiencia Nacional por Facebook, es sin duda, infravalorar al enemigo.
 
Lo cortés no quita lo valiente; pero lo valiente no quita lo estúpido. Las causas de la detención han sido «posar con AK-47 en fotografías o mostrar sus rostros en vídeos» que los vinculaban con el “delito” que ahora los acusan: participación en delitos de asesinato, tenencia de armas y explosivos y actos que atentan contra los intereses del Reino de España en el exterior. Ahora bien, en teoría, la legislación española no considera que esa acción constituya un delito puesto que lo único que España castiga penalmente es viajar al extranjero para recibir entrenamiento o para combatir en una organización considerada terrorista, y, las milicias “prorrusas” que luchan en el este de Ucrania no están en la lista de organizaciones terroristas establecida por la ONU. Tampoco unas fotografías exhibiendo “armamento pesado” como dice, no probaría ni el asesinato ni la tenencia de armas, ¿quién dicta si esas armas eran de fuego real? Por supuesto, el delito que “atenta” contra los intereses del Reino de España lo dejaremos como un chiste de mal gusto; toda la vida haciendo negocio con la guerra y la venta de armas como para ahora preocuparnos por los “intereses” del “Reino” en el exterior.
 
Hace unos meses, la Coordinadora Antifascista de Málaga sacó un cartel que abordaba la seguridad con los teléfonos móviles. Otros colectivos siguieron a la zaga. Pero a decir verdad, ni la consideración de unos presos políticos que llevan décadas en prisión por luchar contra el fascismo militar e institucional, ni los constantes toques de atención sobre la seguridad del individuo –y por ende, del colectivo- que nos brindan varios colectivos como la Coordinadora Antifascista de Málaga y otros, sirven para erradicar la carencia que sufre la izquierda revolucionaria o que pretende serla. Está muy bien eso de señalar la represión; ¿debemos interpretar que como tarea pendiente tenemos el creérnosla? De otra forma no se puede concebir la detención de nuestros camaradas en Ucrania, ni las y los compañeros de la Operación Araña, etc.
 
Pero esto ya no puede significar una autocrítica, la cual por cierto, ¡qué mancillada está y que uso más ligero tiene! Caer por nuestros propios errores cuya experiencia histórica debería haberlos curado hace…¿años? no puede solucionarse con una autocrítica de quita y pon. ¿Ahora nos vamos a sorprender porque el Estado español realice detenciones contra nuestros camaradas? ¿del mismo Estado que aplica doctrinas penitenciarias ilegales y que tiene que ser no el abanico político parlamentario sino un organismo europeo quien dicte que esto es ilegal? ¿de un Estado que hasta hace poco más de 20 años financiaba a grupos de pistoleros fascistas y bandas parapoliciales para asesinar a los elementos más avanzados del movimiento obrero? De este Estado no podemos obtener asombro, sino prevención.
 
Esto, señoras y señores, nuestro tan apreciado mundo de las tecnologías, es un tren de alta velocidad sin frenos si no le damos el uso correcto mientras éstas estén bajo el dominio de los de siempre. Si seguimos creyendo que “el Facebook no es muy seguro, pero el chat privado sí”, “por el whatsapp dime todo lo que quieras y si te equivocas ya te digo delante de este micrófono al que llamamos cariñosamente smartphone que no lo vuelvas a repetir”, “quiero ser revolucionario y famoso revolucionario en Facebook/Twitter/Google+, ambas son compatibles” o que “hacerme fotos al lado de acciones pero con la cara tachada no es una ayudita en mi identificación” habrá que reemplazar al escenario desolador del apocalipsis por Lenin y acudir a la famosa cita de: «sálvese quien pueda».
 
No juguemos a ser revolucionarios y revolucionarias, seamos revolucionarios y revolucionarias que en el dominio de su materia juegan. Y por supuesto, ¡solidaridad con nuestros camaradas internacionalistas detenidos! Llevemos esa solidaridad a la calle, fuera de ese atajo a comisaría llamado internet.

¡Absolución para los 8 compañeros antifascistas ¡Viva la Ucrania antifascista! ¡No Pasarán!

 
Desde distintos colectivos Antifacistas de Asturies queremos mostrar nuestra más absoluta solidaridad y apoyo a los 8 compañeros internacionalistas y antifascistas detenidos. Para nosotros/as es motivo de admiración la labor que nuestros compañeros han realizado en el este de Ucrania.
 
Nuestros compañeros han sido detenidos bajo la ridícula acusación de “atentar contra los intereses del reino”. Esta detención ordenada desde la Audiencia Nacional es la enésima prueba de la inexistencia de la independencia judicial, servil a los intereses de la clase dominante y que hace oídos sordos al envío de mercenarios españoles a los batallones fascistas o el envío de dinero al gobierno golpista de Kiev.
 
El conflicto ucraniano es producto de la agudización de las contradicciones entre los polos imperialistas de la UE y los EEUU por un lado, y Rusia por otro. En pro de sus intereses económicos y el control de los recursos ucranianos, la Unión Europea y los EEUU no han dudado en apoyar a grupos fascistas ucranianos. Bajo la etiqueta de los “Euromaidán”, protagonistas del golpe de Estado en Ucrania en febrero de 2014, se escondía una coalición de grupos fascistas como el partido “Svoboda” o el “PravySektor” (Sector Derecho), partidos que revindican sin ningún pudor el pasado nazi o a figuras colaboracionistas fascistas como Stepán Bandera. Entre sus acciones más llamativas se encuentran la matanza de la Casa de los Sindicatos en Odessa, la persecución y asesinato de antifascistas, o la formación de bandas paramilitares que actualmente participan en los combates que se desarrollan en el este del país. El gobierno resultante de aquel golpe de estado no ha dudado en plegarse a las exigencias del BCE y el FMI, y no ha titubeado a la hora de ilegalizar partidos políticos, detener a miles de personas e incluso en bombardear a la población civil del este ucraniano. Como resultado último de la resistencia antifascista las provincias de Lugansk y Donetsk se han independizado de Ucrania. En la lucha por la autodeterminación ambas regiones se han unido en el Estado Federal de Novorrossia continuando así el proceso de emancipación de la Ucrania fascista que mantiene el asedio y bombardeo de éstas regiones. Por haber viajado y haberse solidarizado con estas repúblicas, nuestros compañeros han sido detenidos y acusados de toda una serie de delitos, en un vano intento del Estado español por amedrentarnos. Po último, queremos denunciar la vergonzosa actitud de los principales medios de comunicación del Estado español que sirven de comparsa a los intereses de la junta golpista de Kiev. Sin miramientos, han tratado a nuestros compañeros de “terroristas prorrusos” difundiendo la versión interesada y manipulada de las fuentes policiales que buscan criminalizarlos.
 
Nosotros/as lo tenemos claro: El internacionalismo y la solidaridad no son un delito.
 
Pese a su represión no pensamos callarnos: seguiremos denunciando al gobierno fascista de Kiev y al imperialismo; apoyando a la Ucrania antifascista y a la clase trabajadora ucraniana.
 
¡ABSOLUCIÓN PARA LOS 8 COMPAÑEROS ANTIFASCISTAS!
 
¡VIVA LA UCRANIA ANTIFASCISTA¡
 
¡NO PASARÁN!
 
Comité Asturianu de Solidaridá cola Ucraína Antifacista
Nora Antifa
Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR)
Asamblea Antifacista d’Uvieu
 
Dende distintos coleutivos antifacistes d’Asturies queremos amosar la nuesa más absoluta solidaridá y sofitu a los 8 compañeros internacionalistes y antifascistes deteníos. Pa nós ye motivu d’almiración el llabor que los nuesos compañeros realizaron nel este d’Ucrania.
 
Los nuesos compañeros fueron deteníos so la risible acusación d’“atentar contra los intereses del reinu”. Esta detención ordenada dende l’Audiencia Nacional ye la enésima prueba de la inesistencia de la independencia xudicial, servil a los intereses de la clase dominante y que fai oyíos sordos al unviu de mercenarios españoles a los batallones facistes o al unviu de dineru al gobiernu golpista de Kiev.
 
El conflictu ucranianu ye productu de la agudización de les contradicciones ente los polos imperialistes de la UE y los EEXX per un sitiu, y Rusia por otru. En pro de los sos intereses económicos y el control de los recursos ucranianos, la Unión Europea y los EEXX nun duldaron en sofitar a grupos facistes ucranianos. So la etiqueta de los “Euromaidán”, protagonistes del golpe d’Estáu n’Ucrania en febreru de 2014, escondíase una coalición de grupos facistes como’l partíu “Svoboda” o’l “PravySektor” (Sector Derechu), partíos que revindiquen ensin nengún pudor el pasáu nazi o a figures collaboracionistes facistes como Stepán Bandera. Ente les sos acciones más llamatives atópense la matanza de la Casa de los Sindicatos n’Odessa, la persecución y asesinatu d’antifacistes, o la formación de bandes paramilitares qu’anguaño participen nos combates que se desenvuelven nel este del país. El gobiernu resultante d’aquel golpe d’estáu nun duldó en plegase a les esixencies del BCE y el FMI, y nun duldo a la hora de illegalizar partíos políticos, detener a miles de persones ya inclusive en bombardear a la población civil del este ucranianu. Como resultancia última de la resistencia antifacista les provincies de Lugansk y Donetsk independizáronse d’Ucrania. Na llucha pola autodeterminación dambes rexones xuniéronse nel Estáu Federal de Novorrossia siguiendo asina’l procesu d’emancipación de la Ucraína facista que caltien l’asediu y bombardéu d’éstes rexones. Por viaxar y solidarizase con estes repúbliques, los nuesos compañeros fueron deteníos y acusaos de toa una serie de delitos, nun baldíu intentu del Estáu español por amedrentanos. Por últimu, queremos denunciar la vergonzosa actitú de los principales medios de comunicación del Estáu español que sirven de comparsa a los intereses de la xunta golpista de Kiev. Ensin miramientos, trataron a los nuesos compañeros de “terroristes prorrusos” espublizando la versión interesao y manipoliao de les fontes policiales que busquen criminalizalos.
 
Nós/as tener claro: L’internacionalismu y la solidaridá nun son un delitu.
 
Magar el so represión nun pensamos callanos: vamos siguir denunciando al gobiernu facista de Kiev y al imperialismu; sofitando a la Ucrania antifacista y a la clase trabayadora ucraniana.
 
¡ABSOLUCIÓN PA LOS 8 COMPAÑEROS ANTIFACISTES!
 
¡PUXA LA UCRAÍNA ANTIFACISTA¡
 
¡NUN PASARÁN!
 
Comité Asturianu de Solidaridá cola Ucraína Antifacista
Nora Antifa
Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR)
Asamblea Antifacista d’Uvieu

Detenidos ocho brigadas internacionales españoles del Donbass


 
Acusados de tenencia de armas, complices de asesinato y comprometer la neutralidad de España
 
 

jueves, 19 de junio de 2014

"Corredor de la vergüenza" de los diputados de Ucrania - "Коридор позора" для депутатов Украины

 
 
La diputada Inna Bogoslovska humillada por los nazi-fascistas y obligada a arrodillarse para llegar a la Rada Suprema, sede del Parlamento de Ucrania. Esa es la "democracia" que vende y apoya nuestro gobierno, la Unión Europea y los Estados Unidos.
 
"Коридор позора" для депутатов Украины - РЕАЛЬНОСТЬ.Новости

Депутат украинского парламента Инна Богословская с трудом попала в здание Верховной Рады, которое с утра пикетируют люди с требованием перевыборов в законодательный орган. Путь к Раде собравшиеся выложили портретами депутатов, по которым Богословская пройти отказалась. Наблюдал герой РЕАЛЬНОСТИ Андрей Ковалевский.

domingo, 15 de junio de 2014

Para Youtube, denunciar el alzamiento del fascismo en Ucrania es “incitar al odio”


 LaRepública.es 15/6/14
El pasado 8 de junio, laRepublica.es subía un vídeo a la web que denunciaba las tremendas similitudes entre el alzamiento del fascismo en la Ucrania actual y el auge de la misma ideología en la Alemania nazi en 1933.  El vídeo, que era una campaña agitapro traducida del ruso por Íñigo Aguirre del autor original Донецкая Республика, ha sido retirado de Youtube por “incitar al odio”. 

Es decir, que para Youtube, un fragmento de minuto y medio sacado de un documental soviético de 1965 que denuncia el nazismo (“obuiknovienniy fashism”) es incitar al odio.        

Evidentemente, estamos ante otro claro caso de censura de Google, que ha borrado de su web de vídeos un material multimedia que denunciaba el fascismo en Ucrania, el cual, se ha hecho con el poder mediante un golpe de estado y gracias al apoyo de EEUU y la Unión Europea.  

En Alemania, Francia y Polonia, es ilegal publicar material pro-Nazi o contenido que niegue el Holocausto. 

Para cumplir con esa legislación, Google no despliega enlaces relacionados a ello en los resultados de búsquedas de las páginas que el motor tiene en cada país, google.de, google.fr o google.pl. Sin embargo, en España, el contenido que es censurado es el que denuncia el fascismo.

jueves, 24 de abril de 2014

Vicente Monclús, anarquista aragonés preso en los Gulags de Stalin




22 de abril de 2014, por CGT Aragón y La Rioja

El historiador Luis Antonio Palacio autor del libro “Tal Vez el día Aragoneses en la URSS (1937-1977)” nos presenta la tremenda historia del anarcosindicalista aragonés Vicente Monclús que pasó quince años presos en los gulags de Stalin.

Vicente Monclús Guallar, nacido en Abiego (Huesca) en 1913, llegó a la Unión Soviética a mediados de enero de 1939 en el marco de la Operación X, en función de la cual la URSS proveería de armamento y asesores técnicos a la acosada República española. Era uno de los 186 jóvenes españoles que conformaban la cuarta expedición de alumnos que debían recibir clases de pilotaje de caza en los aeródromos de Kirovabad, en el Caúcaso. Al igual que la adquisición de armas, el coste de los cursillos se sufragaría con las 507 toneladas de oro de las reservas del Banco de España -el famoso “oro de Moscú”- trasladado a aquel país en los primeros meses de la conflagración.

Los futuros pilotos no llegaron en buen momento: el ambiente amistoso y relajado en que se habían desarrollado los cursos anteriores se había ido enrareciendo paulatinamente conforme crecía la intensidad de las purgas internas desatadas en la URSS desde mediados de 1937. Los roces entre el comisario político Mirov y algunos de los alumnos, procedentes de organizaciones antifascistas nada afines al comunismo soviético, se habían convertido en una enojosa rutina. Esa soterrada tensión alcanzaría su máximo exponente el día en que Mirov anunció a los jóvenes pilotos que los combates en España habían finalizado, con la derrota definitiva de la República. Las acusaciones del comisario soviético contra organizaciones como la CNT-FAI, a las que responsabilizaba del desastre, soliviantaron el ánimo de algunos españoles. Especialmente los de quienes, como Vicente, militaban activamente en la organización anarcosindicalista. Al estallar la guerra el joven se había alistado voluntario en las fuerzas republicanas, con las que había combatido en Aragón y Levante formando parte de la 127ª Brigada de la 28ª División, para pasar después al campo de aviación de La Ribera (Murcia), donde debía cursar estudios de piloto. Aunque su rifirrafe dialéctico con Mirov no fue más allá, bastaría para marcarle ante sus anfitriones soviéticos y, peor aún, ante los delegados e informadores del Partido Comunista de España.

El final de la conflagración marcó también el de los cursos. Tocaba ahora adoptar una resolución en torno al destino de los frustrados alumnos. La oferta rusa para que permanecieran en la URSS no acababa de ser del agrado de muchos de ellos y el regreso a España no era una opción que pudiera tenerse en cuenta, así que buen número de ellos solicitaron viajar a Francia o México, y una treintena larga se mostraron dispuestos a sumarse a las fuerzas chinas que luchaban contra los japoneses.

Su decisión no agradó ni las autoridades soviéticas ni a la cúpula del PCE, que estaba llegando al país tras abandonar España. En las semanas siguientes la oferta de permanencia fue periódicamente renovada y en un lento goteo bastantes de los alumnos se resignaron a quedarse e integrarse en sus estructuras productivas. Entre quienes cedieron no se contaría el de Abiego, quien enseguida se reveló como uno de los líderes de aquel grupo de “refractarios” que preferían irse. A la espera de futuros acontecimientos, éstos fueron trasladados a la lujosa Casa de los Sindicatos de Zanki (Jarkov), donde perdieron todo contacto con quienes habían sido sus compañeros. Si bien lo ignoraban, el final de la guerra también había atrapado en la URSS a tres millares de niños españoles refugiados de guerra y a decenas de tripulantes de los nueve buques republicanos inmovilizados por los soviéticos en los puertos de Murmansk y Odessa, en algún caso desde finales de 1937.

El 2 de mayo de 1939 todo el grupo emprendió viaje hacia la región de Moscú. Su destino era la Escuela Política de la Internacional Comunista de Planiersnaya, donde se les impartirían clases de formación política, a las que algunos se negarían a asistir. Durante su estancia menudearon las visitas de líderes comunistas españoles, que intentarían disuadirles, con mayor o menor éxito, de su idea de salir del país. En cuestión de semanas la situación se deterioraría tanto que cundiría el rumor de que tres miembros del PCE -José Fusimaña, Pelegrín Pérez Galarza y José Sevil- habían tramado un plan para asesinar a varios de los alumnos más reacios a asistir a clase.

Los meses pasaban sin avance perceptible alguno y los jóvenes se decidieron a solicitar la asistencia de algunas embajadas extranjeras capaces de influir en las autoridades soviéticas, unas gestiones que pronto se mostraron infructuosas. A finales de agosto el Pacto Germano-Soviético acabó de enconar los ánimos y Vicente protagonizó un duro enfrentamiento verbal con el presidente de los Sindicatos. Ante el cariz que tomaban las cosas, asustados, algunos optaron por claudicar; no así Vicente ni varias decenas de sus compañeros, que se encastillaron en su rotunda negativa a colaborar o integrarse. El 17 de diciembre de 1939, Vicente y Agustín Puig eran recibidos por el jefe del Negociado del Ministerio de Asuntos Exteriores de la URSS, a quien transmitieron los deseos de más de una treintena de alumnos de que se les entregasen pasaportes para trasladarse a México. Durante algún tiempo su osadía pareció capaz de obtener resultados, ya que el 23 de enero de 1940 el ministro de Exteriores Molotov recibió a una segunda delegación y se mostró receptivo a sus demandas, pero en última instancia lo único que iban a conseguir sería una violenta reacción por parte del PCE. Dos días después, Vicente y siete de sus compañeros eran detenidos y trasladados a la prisión moscovita de Butiskaya, donde fueron sometidos a un grotesco simulacro de juicio ante un “tribunal” formado exclusivamente por varios delegados del PCE, que no vacilaron en solicitar la pena de muerte para todos ellos. Por fortuna los soviéticos impidieron que tan odiosa farsa tuviese un trágico desenlace, aunque no por ello el destino de los ocho acusados iba a ser menos dramático: en los días posteriores los esbirros del régimen intentaron arrancarles una confesión de espionaje a base de someterles a brutales palizas. Incidirían particularmente en el banal incidente ocurrido en Londres durante su viaje a la URSS, cuando varios de ellos abandonaron el buque que les transportaba para visitar la capital británica durante unas horas.

Contra viento y marea, se mantuvieron firmes: en la prisión se multiplicaban las ejecuciones y sabían que en ello les iba la vida. Conseguirían salvarla, pero en un segundo proceso todos fueron condenados a ocho años de internamiento. Vicente y cuatro de sus compañeros fueron embarcados en un tren que les conduciría al ártico junto a otros dos mil prisioneros. A lo largo de ocho días de hambre y miseria -450 hombres murieron durante el traslado- el convoy se internó en la taiga hasta llegar a la confluencia de los ríos Bucherdat y Siberne Dvina, donde los supervivientes abordaron el barco que debía llevarles hasta el remotísimo enclave de Ouquina. A partir de allí, durante más de dos semanas siguieron a pie el trazado de la nueva vía férrea que uniría Cutlas con Vorkuta, en la que trabajaban decenas de miles de presos. En torno suyo, sumidos en un fantasmal mundo de hielo y muerte, famélicos grupos de presos trabajaban penosamente entre montañas de nieve.

Allá en Moscú habían quedado sus compañeros, aterrorizados por la súbita desaparición de sus ocho colegas. La más pura desesperación les llevaría al extremo de solicitar la intervención de las embajadas de Italia y Alemania, las odiadas potencias fascistas contra las que habían combatido en suelo español. Sin embargo la implicación de esos bizarros aliados de la URSS no serviría de mucho y apenas unas decenas de alumnos, niños y marineros lograrían abandonar el país antes de que el 22 de junio de 1941 el ataque germano contra la Unión Soviética pusiera un abrupto fin a las gestiones. Quienes no hubieran logrado salir para aquel entonces comenzarían un largo calvario por los campos de concentración soviéticos y sólo algunos conseguirían regresar a España a bordo del Semíramis en abril de 1954, junto a los últimos prisioneros de la División Azul.

A su llegada al campo, los cinco españoles se hallaban en pésimo estado: Juan Navarro sucumbiría a las pocas semanas y Luis Milla, trasladado por estar gravemente enfermo, nunca volvería a ser visto con vida. Con ellos penaban hombres de todas las nacionalidades -17 en el grupo de 25 trabajadores en el que formaba Vicente-, entre los que se contaban abundantes militantes comunistas que en su día habían buscado refugio en la URSS. Las condiciones de vida eran penosas y embrutecedoras: los internos se encargaban de crear un pasillo a ambos lados de la línea férrea, a base de talar el bosque y desbrozar el terreno. Trabajaban como bestias y recibían por todo alimento un poco de pan negro, col, harina hervida y algo de pescado. Aquel invierno el termómetro descendería hasta los 55º bajo cero y los prisioneros morirían en masa. Algunas fuentes cuantifican en alrededor de un millón el número de reclusos muertos en esa región entre agosto de 1940 y noviembre de 1941.

La única esperanza estribaba en la huida, pero ¿adónde ir? En cientos de kilómetros a la redonda no había otra cosa que un bosque congelado. La frontera finlandesa -la más cercana- estaba a más de mil kilómetros de distancia, sin caminos ni pueblos en los que poder implorar alguna ayuda. Con todo, dedujeron, no había nada que perder, así que el 6 de noviembre de 1940, pertrechados con un par de hachas, cerillas, un cubo, un frasco de tintura de yodo, hilo y agujas y una brújula que un preso les entregó a cambio de uno de sus trajes, Vicente y sus compañeros Juan Salas y José Gironés se lanzaron a la aventura. En un descuido de sus guardianes se apoderaron de los caballos utilizados en el transporte de madera y huyeron a los bosques. Su desesperación era tal que lograron avanzar casi 120 kilómetros a lo largo de dos noches de marcha a través de espesuras cubiertas de nieve, al término de las cuales los animales estaban tan agotados que decidieron sacrificarlos para aprovechar su carne.

Sabían que se les buscaría intensamente, así que decidieron ocultarse en el bosque durante el invierno para reanudar la marcha una vez llegado el buen tiempo. Construyeron una cabaña de ramas y durante varias semanas se limitaron a encender fuego por la noche, alimentándose con la carne de los caballos y algunas bayas que encontraron por ahí. Todo fue bien hasta que un día especialmente gélido decidieron encender fuego durante el día, con la mala fortuna de que el humo de su hoguera fue divisado por el piloto de uno de los pequeños aviones que cubrían la ruta Cutlas-Ijta. El 12 de febrero de 1941 los perros de una patrulla dieron con su paradero. Mordidos y apaleados, tuvieron que caminar durante dos días y medio sin comer ni un bocado hasta un punto desde el que un tren y un camión les devolverían al campamento. Los siguientes diez días los pasaron en un calabozo de castigo, estrecho y desprovisto de techo. Medio muertos por congelación, Salas y Gironés fueron trasladados con rumbo desconocido y Vicente jamás volvería a verlos.

Llegado el mes de julio, sólo y más muerto que vivo, Vicente recibiría en aquel desolado rincón del mundo la noticia de que los alemanes habían invadido la URSS. A partir de entonces el régimen de internamiento se endureció hasta extremos intolerables y los hombres no aptos para el trabajo comenzaron a ser fusilados de forma sistemática. Para el mes de septiembre la salud del aragonés estaba tan resentida que tuvo que ser trasladado al hospital del campo de Petkora, del que se decía que solamente se salía muerto. El “hospital” consistía en unas miserables barracas equipadas con camastros construidos con cuatro tablas. Los cadáveres helados -70.000 sólo en ese primer invierno de guerra- se amontonaban a la espera de que la primavera permitiera enterrarlos. Se salvaría gracias al auxilio de la doctora Rita Marcovicha, una prisionera política de 74 años de edad que había perdido a su marido, dos hijos y dos hermanos a manos de la represión estalinista y que le adoptó como a un hijo.

En julio de 1942 el campo fue disuelto y el traslado del de Abiego a una mina de carbón le libraría de verse involucrado en la rebelión de los campos del área de Vorkuta que al mes siguiente se saldaría con miles de presos masacrados. En su nuevo destino los presos debían talar árboles destinados al servicio de la mina, pero a causa de su estado morían como moscas, incapaces ya de realizar ese esfuerzo. El hambre era tan atroz que se comían hasta la hierba de los campos. Aún peores resultarían ser las faenas de reparación de una tubería, que tendrían que realizar en pleno mes de febrero, con agua a la cintura y completamente desnudos para mantener secos los andrajos que les cubrían. Una pelagra generalizada le enviaría de nuevo al hospital prácticamente desahuciado. Esta vez le debería la vida al doctor Pechanikov, al que conocía de su paso por la cárcel moscovita de Butiskaya, y al jefe del campo, un déspota que le tomó aprecio y le destinó a un taller de vulcanización donde las condiciones de vida eran infinitamente mejores.

Cinco años después, el 29 de enero de 1948, se le comunicó que el Soviet Supremo le había indultado, una magnífica noticia si se obviaba el hecho de que nunca había cometido ninguna clase de delito. La notificación iba acompañada de una orden de destierro forzoso a la ciudad de Samarcanda (Uzbekistán), en el Asia Central. Aunque tenía que pagarse de su propio bolsillo el larguísimo viaje en tren de 7.500 kilómetros y no disponía del más mínimo recurso económico, descubrió que comunicando a la policía en cada escala de su trayecto su condición de desterrado eran los mismos agentes quienes se encargaban de meterle en el primer tren que continuaba viaje.

En Uzbekistán nadie se atrevió a darle trabajo por su condición de deportado y se vio forzado a dormir en una alcantarilla bajo las vías férreas, sobreviviendo de pedir limosna junto a un joven iraní al que conoció en las calles. De vez en cuando los campesinos les proporcionaban algunos alimentos. Juntos comenzaron a planear su fuga a Irán, pese a que sospechaban -como así era- que los servicios de información no le perdían de vista. La idea consistía en hacerse con un avión en el aeródromo del río Sarasans para volar hasta aquel país. Se pusieron en marcha la noche del 10 al 11 enero de 1950, para encontrarse con la sorpresa de que los aparatos carecían de combustible. Pocos días después, Vicente recibió la noticia de que la Cruz Roja le citaba en Moscú porque sus familiares le reclamaban desde Francia. Por desgracia, al poco de llegar a la capital rusa una joven con la que había intimado y que trabajaba para los servicios secretos -pero que le había tomado sincero cariño- le advirtió muy seriamente de que debía andarse con cuidado.

Tal y como se temía, el 20 de abril de 1950 fue detenido a la salida de un teatro y acusado de espionaje por haber conversado con un ciudadano norteamericano en el patio de butacas. En la cárcel de Sujanovska las palizas fueron terribles y sus interrogadores le incomunicaron durante días en un “calabozo de saco” de 60 centímetros de lado con el fin de obligarle a firmar una declaración autoinculpatoria. Por fin, quebrada su resistencia física y moral, acabó por firmar, sin siquiera leerla, una falsa confesión de 246 páginas. El 28 de diciembre fue condenado a otros 10 años de prisión sin que mediase juicio alguno. Por suerte, entrado el mes de enero fue enviado a una fábrica secreta de los alrededores de Moscú donde las condiciones eran bastante buenas y donde se encontró con otros dos españoles, Francisco Ramón Molina y Juan Blasco Cobo, en su misma situación.

Dos años después la noticia de la muerte de Josip Vassiliovitch “Stalin” llenaría de gozo a la plantilla mixta de esclavos y hombres libres y sería abiertamente celebrada. Sin embargo sus penalidades no habían terminado junto con la vida del dictador: Vicente Monclús, uno de los primeros españoles que habían ido a parar a los campos de concentración soviéticos, iba a ser también el último en abandonarlos.


En abril de 1955 fue trasladado al complejo de Mordova, más exactamente al campo nº 11 de los 43 que lo componían, y que aglutinaban a unos 150.000 presos procedentes de multitud de naciones. El 6 de enero de 1956 fue trasladado a la prisión de la Lubianka, en Moscú, donde un juez le confirmó que tras su detención en 1940 los comunistas españoles habían solicitado varias veces que los ocho jóvenes pilotos fueran ejecutados. Allí permanecería hasta que el 23 de marzo de 1956 el Tribunal Militar del Consejo Supremo de la URSS reconociera lo injusto de su persecución legal. Una vez en libertad aún sería enviado durante siete meses a Dniepropetrovsk, donde trabajaría en una fábrica en la que prestaban servicios tres exiliados españoles. Pero ni siquiera entonces le dejarían en paz, pues los comunistas hispanos residentes en la ciudad le hostigarían hasta que finalmente, recuperado el contacto con sus hermanos, en noviembre de 1956 abandonase para siempre la Unión Soviética camino de París, dieciséis años después de haber sido encarcelado por el simple delito de pretender abandonar la URSS para vivir su vida en otro lugar y de un modo diferente. Tres años después, ya establecido en la Argentina de forma definitiva, daría a la imprenta un relato autobiográfico-18 años en la URSS- que constituye, amén de un vibrante testimonio de sus sufrimientos en los campos, un demoledor alegato contra la despiadada sinrazón del estalinismo, capaz de destruir la vida de los más firmes militantes antifascistas por el único crimen de discrepar con sus métodos autoritarios.
Luis Antonio Palacio


Un relato más pormenorizado de la historia de Vicente Monclús y sus compañeros de desventuras en PALACIO PILACÉS, Luis Antonio, Tal vez el día. Aragoneses en la URSS (1937-1977), El exilio y la División Azul, Ed. Comuniter, Zaragoza, 2013.

sábado, 18 de enero de 2014

Los Hechos de Mayo de 1937 en Barcelona

Implacable persecución contra el POUM
 
18 enero, 2014   
La unidad de la izquierda es algo que está en la mente de todo militante obrero. Pero la unidad no será factible si no saldamos cuenta con la Historia. En ella, en el análisis de nuestro pasado colectivo, hay muchos eventos que no conviene ignorar. Los sucesos de mayo de 1937 forman parte de ese capítulo de hechos que no pueden, alegremente, pasarse por alto. Aunque algunos crean que escarbar en el pasado es imposibilitar el avance hacia la unidad de las fuerzas de izquierda, yo pienso que es precisamente en ese pasado donde podemos encontrar las enseñanzas para no repetir viejos errores y edificar una unidad que verdaderamente sirva para la liberación de la clase trabajadora.
 
Las líneas de fuerza
Que quede bien sentado: desde el comienzo de la Guerra Civil las relaciones entre Catalunya, en plena fermentación renovadora, innovadora y transformadora, es decir, revolucionaria, y Madrid, nunca fueron muy cordiales. En el semanario que le sirve al malogrado Camilo Berneri de tribuna crítica, Guerra di Classe, publica un artículo el día 5 de noviembre de 1936 del que entresaco el párrafo siguiente: «… Hemos mandado una comisión a Madrid con el fin de pedir un crédito de 300 millones de pesetas para la compra de materias primas. Hemos ofrecido, como garantía, mil millones de pesetas en títulos de renta pertenecientes a nuestra Caja de Ahorros y depositada en el Banco de España. Todo nos ha sido rechazado». Berneri reproducía unas declaraciones de Joan Fábregas1 insertas en Solidaridad Obrera del 29 de septiembre de 1936. Dos meses y medio después de julio nos demuestra esta nota, entre otras cosas, que ya había dificultades políticas importantes.
 
Para el Kremlin, al corriente de dichas peripecias, un razonamiento se impuso: aprovechar hábilmente todas las oportunidades que posibilitaran una neutralización catalana, pues esta región, además de gozar de un estatuto de autonomía poco propicio al vasallaje, era forja de experiencias autogestionarias, colectivistas, indóciles al marchamo soviético.
 
A tenor de este razonamiento, los sucesos de mayo no pueden explicarse si no se inscriben en el triple contexto soviético, gubernamental madrileño y catalán autonómico, es decir, dentro de una estrategia triangular cuyos objetivos son:
  1. Liquidación del Gobierno Largo Caballero, donde colaboran –demasiado para las apetencias estalinistas–, elementos radicales y consecuentes del PSOE y militantes cenetistas.
  2. Destrucción de la CNT y el POUM de Catalunya, desmembrando así de la clase obrera nacional un buen número de esforzados militantes.
  3. Desvirtuar el Estatuto de Autonomía catalán, como lo confirmó el decreto del 5 de mayo (no importa que fuera promulgado por el propio Gobierno Largo Caballero, pues de «hecho aquel Gobierno vivía ya su agonía, que disolvía las Consejerías de Defensa y Orden Público del ente autónomo.

Sobre ese contexto soviético, el expediente primordial está constituido por los procesos de Moscú. El primero, contra Trotski y Zinoviev, en agosto de 1936. El segundo, contra el «centro paralelo antisoviético trotskista» en enero de 1937. El tercero, contra el «bloque antisoviético de trotskistas derechistas», en marzo de 1938.2
 
Berneri, compúlsese la fecha, en artículo titulado «Carta abierta a Federica Montseny» (Guerra di Classe del 14-4-37) copia este suelto de Pravda del 17-12-36: «… Por lo que respecta a Cataluña, ya ha empezado la depuración de los elementos anarquistas y trotskistas: esta obra será conducida con la misma energía que en la Unión Soviética». Se refiere, sin duda, a la presión creciente que ejercen contra el POUM y que culmina con la dimisión de Andrés Nin en la crisis de diciembre.3
 
Después de mayo, Krivitski (el célebre jefe de los Servicios Secretos soviéticos para Europa Occidental, asesinado en un hotel de Washington), después de leer un informe de sus Servicios relativo a supuestas veleidades conspirativas «anarco-poumistas», en La mano de Stalin (Editorial Claridad, 1946, pág. 28) dice: «… Los revolucionarios catalanes controlaban ya el Gobierno. ¿Por qué habían de «pretender conquistarlo»? El hecho es que la revuelta de Barcelona era una conspiración fraguada con éxito por la OGPU. «La lucha empezó con un ataque a la Telefónica dirigido por los agentes de la OGPU…». Mal parados quedan Rodríguez Salas, comisario al mando de las fuerzas asaltantes, y asimismo Artemio Ayguadé, Consejero de Seguridad de la Generalitat, el cual, sin consultar a sus colegas de Consejo, tomó tan importante decisión. Hoy se sabe que era un comunista dentro de la Esquerra Catalana, un «libelático», como Araquistain, en célebre panfleto, calificaba a sus colegas socialistas pasados al comunismo sin proclamarlo, rememorando a los cristianos de la Roma Antigua que, para obtener el libelo, fingían adorar a los ídolos. Cuestión táctica.
 
Poco a poco van perfilándose las líneas de fuerza que provocan desde Moscú la movilización de toda la comparsería, más o menos estipendiada. Jesús Hernández, ex comisario de Ejércitos, ex ministro, en Yo fui ministro de Stalin, pág. 8S, –declara: «… La sublevación anarco-poumista nos daba el pretexto para provocar la crisis del Gobierno Largo Caballero…». Pero donde caen las máscaras, de forma lapidaria, es en una frase que podemos leer del propio Hernández: «… El Partido Comunista se propuso y llevó a cabo terminar con el Gobierno Largo Caballero…» (Negro y Rojo, México, 1946, pág. 374). Más tarde, en junio de 1937, apenas terminadas las refriegas que costaron la vida a más de 500 personas, sin contar innumerables heridos, el Comité Nacional de la CNT publica un extenso manifiesto (¡censurado!) denunciando la connivencia de elementos nacionalistas catalanes de dentro y algunos emigrados del extranjero, como Dencás, que residía en Roma, con miembros del PSUC contrastados, para atizar el fuego del golpe de fuerza contra confederales y poumistas.
 
La explosión
Desde la muerte de Roldán Cortada, cuyo asesinato quiso imputarse a militantes anarcosindicalistas, como lo prueba el intento de incoar proceso al compañero Luis Cano, de Hospitalet, intento rechazado por el Juez de Instrucción, la atmósfera que reinaba en Barcelona y provincia era tensa, cargada de presagios inquietantes.
 
Mientras tanto, trabajaban la conjura, los Erno Gero (Pedro), comunista húngaro de gran predicamento político dentro del PC español, individuo cuyo homónimo de Budapest, importante personaje del gobierno y Partido Comunista húngaro durante la insurrección aplastada por los tanques soviéticos, era tan temido como execrado por el pueblo (me falta confirmar si se trata del mismo sujeto); Orlov, veterano miembro de la NKVD,5 cuyo verdadero nombre respondía por Kikolski, si hemos de creer a Toryho; Vittorio Codovila (Luis Medina), agente incrustado a José Díaz como un molusco y que le suplantaba, de hecho, en la dirección del PCE; Vittorio Vidali (Comandante Carlos), comisario del V Regimiento de Líster, más tarde «glorioso» V Cuerpo de Ejército que se cubrió de infamia desmantelando y suprimiendo colectividades agrarias en Aragón, so pretexto de imaginarias violencias y exacciones; Luis Fischer, periodista y escritor, amanuense patentado en hinchar héroes con que poblar la mitología estalinista internacional, comensal privilegiado de los ágapes que el doctor Negrín consideraba indispensables para guardar su forma dilecta de persuasión y poliglotismo –¿no han insinuado malas lenguas que Negrín podía ingurgitar airosamente tres cenas al día?– Al tal Fischer lo pinta excelentemente Amutio Martínez, socialista ex gobernador de Albacete, en Chantaje a un Pueblo, obra bien documentada y seria; le atribuye, no sabemos a cuenta de quién, aunque lo imaginamos, gran interés por la minería española, especialmente una mina de azufre sita en Hellín (la Mancha), que le resultó inalcanzable al estar colectivizada por la CNT y depender, además, del Ministerio de Industria, a la sazón dirigido por Juan Peiró. Y en la cúspide, en la cima de todo este hermoso «cuerpo de ballet», el más talentudo comunista de Europa Occidental, el deus ex machina del Kremlin: Ercole Ercoli, más conocido por Palmiro Togliatti. Este no fue depurado, según ciertos comentaristas, por poseer secretos de Estado, que guardaba a buen recaudo, donde se ponía de relieve el sucio doble juego de Stalin, ya entonces, respecto a las potencias del Eje.
 
Otra prueba de la conjura comunista: a primeros de abril de 1937, un mes antes de los sucesos, se celebró en Valencia un Pleno del PC al que asistieron todos los «asesores y consejeros». Probablemente se barajó el nombre del futuro sustituto de Largo Caballero. Se sabe que Negrín fue propuesto –Don Indalecio no les pareció a los rusos bastante invertebrado– por Stashevsky, un nebuloso agregado comercial de la Embajada que de hecho era determinante autoridad en lo político, como el general Berzin en lo militar.
 
La explosión comienza por la Telefónica. Se ha hablado tanto de ello, y de las luchas callejeras, que omitiré gran cantidad de detalles algunos vividos, por no dilatar demasiado este artículo. Quizás tenga interés que diga los nombres del Comité de Control y Gestión (me lo ha proporcionado un viejo empleado). Por la CNT: Blanco, Tudela, Cruz. Por la UGT: Caiser, Hernández y Guardó. Delegado General: Terrén, de la CNT. Delegado de la Generalitat: Pi, de la UGT. Para la historia, mis informadores me indican que el día 2 de mayo, vigilia de los sucesos, la UGT dio orden a sus afiliados de no acudir al trabajo el día siguiente. Cuatro guardias, al mando de un comandante llamado Menéndez, estaban ya dentro de la Telefónica desde las doce, esperando sin duda la llegada de los otros y de Rodríguez Salas. Todas las tentativas por subir hacia los pisos superiores fueron infructuosas. No dominaron más que la planta baja y sótano.
 
En términos globales, sobre la lucha armada, se ha querido insinuar que los hombres de la CNT-FAI se encontraron en situación precaria. Falso. Yo mismo, con nuestro grupo, me encontraba apostado en el tejado de la casa que hace esquina a calle Fernando, donde actualmente está la tienda del armero Beristain (el Sindicato Metalúrgico se situaba en la Rambla, esquina a la entrada de la Plaza Real) y, desde allí, rechazarnos al menos dos o tres incursiones de mossos d’escuadra6 que trataban de neutralizar dos barricadas: una, de entrada de Fernando a Plaza Real, y otra, de acceso a la Rambla. Los ocho mossos d’escuadra de que habla C. Rojas en su libro La guerra en Catalunya (pág. 144) como detenidos en un «centro de la CNT» no pueden ser otros que los hechos prisioneros por nuestros compañeros del Sindicato. Estos mossos d’escuadra suscitaron un incidente entre el Presidente de la Generalitat, Lluís Companys, y la delegación CNT-FAI, compuesta por Santillán, Herrera y Mariano R. Vázquez. Al exigir la libertad de dichos guardias, el Presidente quiso guardar como rehenes a los integrantes de la delegación libertaria, y Santillán, desde el mismo despacho presidencial, telefoneó a los artilleros confederales para que tuvieran la Generalitat en punto de mira.7
 
Dominábamos la coyuntura, y hasta se dio el caso de que el compañero Juan M. Molina, en su calidad de subsecretario de Defensa, tuvo que intervenir, utilizando a los responsables confederales de Binéfar como mediadores, para que Máximo Franco jefe de brigada de la CNT no bajara del frente de sus hombres hasta Barcelona. El mismo Toryho, inexplicablemente, en su libro No éramos tan malos, contribuye a crear esa impresión de derrota que yo niego en absoluto. De continuar la contienda no hubiera habido vencidos ni vencedores, eso está claro. La guerra se liquidaba en ocho días. Pero ha de decirse, con énfasis, que nunca hubieran penetrado los 5.500 guardias del frente del Jarama en Barcelona si los compañeros responsables no sintieran lealmente la necesidad de ganar la guerra. Ni diez García Oliver, ni cien Federicas eran bastantes, por más elocuencia derrochada, para parar el fuego, si este fuego no se paralizara ya antes dentro de nuestros corazones ante la magnitud del descalabro.
 
Ángel Galarza, informado como Ministro de la Gobernación, el propio Azaña, en sus memorias, Jaime Miravitlles, en Episodios de la Guerra Civil española, todos afirman que sujetábamos la conjura y que los centros políticos vitales se hallaban prácticamente asediados. De no haber suspendido aquello, la Historia acusaría hoy a los anarcosindicalistas de sectarismo ideológico o arrogancia doctrinal. ¿Fue un acierto? ¿Fue un grave error? El debate no ha concluido aún.
 
Notas:
1. Consejero de Economía de la Generalitat, en representación de la CNT.
2. Estos datos, que proporciona Voslenski en su libro La Nomenclatura, tal vez los contestará algún crítico por venir de Voslenski, no muy riguroso en ortodoxia marxista-leninista-estalinista. Es un detalle poco válido, pues lo que nos interesa aquí es el rigor, la exactitud histórica, y como el libro, en su edición francesa, está prefaciado por Jean Ellenstein, hombre conocidísimo e historiador oficial del PC francés antes de su disidencia, y autor de un grueso volumen biográfico sobre Marx considerado en gran estima, me dispensa con creces de una eventual censura.
3. Del amigo y periodista José Guiraud, tengo la escena siguiente: cuando el 20-1-37 vino a Barcelona el barco soviético Ziryaolo, llevándonos azúcar, harina y manteca, en «generoso» gesto simbólico –generosidad pagada al contado, sin cuyo cheque se negaban a descargar la mercancía–, en una comida que se dio a los marinos en el restaurante Miramar –actualmente estudios de TVE– Andrés Nin, después de traducir los discursos, fue abrazado por Antonov Ovseenko, Cónsul soviético. Al abrazarle, alguien exclamó, con voz fuerte : «¡El beso de Judas». La voz era de Carlos Pi y Sunyer, el alcalde, que presidía el acto.
4. Precedente de la KGB.
5. Siglas del Ministerio del Interior ruso.
6. Cuerpo policial autonómico.
7. Siento no poder dar In extenso las impresiones del amigo Casellas, detenido en la Generalitat, sobre el nerviosismo, azoramiento y temor reinantes dentro del Palau.
 
Publicado en Polémica nº 4-5 junio 1982