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sábado, 24 de agosto de 2013

El estalinismo, nunca más


Texto cedido por Andreu Pages de Lucha Internacionalista

Acto en el Parlament de Catalunya: Homenaje a Andreu Nin


El 17 de junio se hizo en el Parlamento de Cataluña un necesario homenaje a Andreu Nin, secuestrado el 16 de junio del 37 y posteriormente torturado y asesinato por los estalinistas. El acto estaba organizado por la Fundación Andreu Nin y el diputado del POR en ICV-EuiA, David Companyon. Después de unas palabras de la Presidenta del Parlamento de Cataluña y de la Fundación Andreu Nin, Teresa Carbonell, el historiador Pelai Pagès hizo una amplia exposición de la vida del dirigente revolucionario. También intervinieron representantes de los grupos parlamentarios ERC, PSC, IC/EuiA y la CUP, los sindicatos CCOO, UGT y CGT, y varias organizaciones políticas (PCC, PSUC-Viu, POR, Revuelta Global, Lucha Internacionalista y En Lucha).

Algunas intervenciones fueron duras de tragar. Todo el mundo reivindicaba la figura de Nin. También quienes en su acción de hoy obstaculizan cualquier política revolucionaria. E incluso quienes hablaban en nombre de las organizaciones que lo detuvieron, secuestraron y torturaron: las que lo mataron y también las que callaron. Ciertamente condenaron el hecho, por «ignominioso», pero desfigurando el sentido político. Se repitieron tópicos como que Nin fue víctima de la «intransigencia» y la «falta de diálogo», de una «política fratricida», del sectarismo «de unos y otros», de la pureza y la intolerancia de quienes defendían la URSS y la revolución por encima de todo. U otros, como que la Guerra Civil se perdió por los «desacuerdos » y los «dogmatismos» dentro de la izquierda, que culminaron en los Hechos de Mayo.

El asesinato de Andreu Nin no es el resultado de un accidente, del drama de la división entre partidarios de la república y partidarios de la revolución expresada a los hechos de mayo del 38, ni un hecho ignominioso dentro de una historia con cosas buenas y cosas malas, ni el resultado de un debate que se resolvió mal, ni del exceso de intransigencia o de sectarismo de unos, como escuchamos en las intervenciones de las organizaciones que se reclaman del PSUC (IC, PCC, PSUC-viu), partido responsable de la detención de Andreu y la dirección del POUM, junto con Esquerra Republicana que no hizo la más mínima autocrítica de su complicidad.

El asesinato de Andreu Nin fue el resultado de un plan premeditado de destrucción física de toda organización que se situara a la izquierda del estalinismo y no es subordinara a su política. El plan estaba organizado directamente desde el estado de la ex-URSS y golpeaba a la izquierda en varios lugares del planeta, a menudo exigía la colaboración de los PC del país. Recordemos que, después de estos hechos y del asesinato de Trotsky por Mercader, un militante del PSUC, el partido de Comorera recibió el privilegio de ser el único partido comunista no estatal que tenía escaño propio en la Internacional Comunista. El estalinismo actuaba con crímenes de estado, como terrorismo blanco, que ejecutaba allá donde habían significados dirigentes de la izquierda. La principal acusación era que eran «trotskystas», que en el lenguaje estalinista era sinónimo de organización fascista. Esto era así cuando el estalinismo tenía una posición ultraizquierdista, donde exterla misma socialdemocracia era «social fascista» y en consecuencia, quien establecía una política hacia ellos era acusada de colaboración con los fascistas. Después, con el cambio a la política de Frente popular contra el fascismo, pasó a ser un fascista quién cuestionara esta política, es decir, quien negara el pacto no sólo con la socialdemocracia, sino con la supuesta burguesía democrática.

Según los intereses del estalinismo, se pasa de acusar a la socialdemocracia como fascista a fusionarse con ella en el PSUC, pero cualquiera que cuestionara una de las dos políticas era acusado de contrarrevolucionario. La presión estalinista no buscaba sólo la destrucción física de sus oponentes de izquierda, sino también la destrucción moral de las corrientes opositoras o de quienes las podían encabezar. La «confesión» que uno era un agente contrarrevolucionario o directamente fascista, que a menudo tampoco evitaba la ejecución, era la forma de degradar y desactivar la reacción contra las condenas. La persona que había confesado, aunque lo hiciera bajo torturas y presiones, acababa destruida moralmente, lo cual aseguraba el éxito completo de la represión. Si además firmaba implicando a otros, la cadena represiva seguía, mientras que conseguía que la traición y delación generara más dudas en las organizaciones revolucionarias.

Pero que nadie quedara tranquilo, pues el terror también se extendía sobre los verdugos de hoy, es decir, entre los propios «camaradas ». La mayor parte de los agentes de la NKVD (GPU) que actuaron en el estado español y participaron en la tortura y asesinato de Andreu después serían ejecutados en Moscú. Comorera, instigador del odio contra el POUM, cayó en desgracia y, tratado con total desprecio, acabaría expulsado del PSUC

Los juicios de Moscú en Barcelona.

El momento de plenitud del terror estalinista fueron los años treinta. «Fue eliminada la casi totalidad de los viejos bolcheviques y sus familias, la mayoría de los miembros del Comité Central de 1917 a 1923, los tres secretarios del partido entre 1919 y 1921, la mayoría del Comité Ejecutivo entre 1919 y 1924, 108 miembros de los 139 del Comité Central elegido a 1934.»* En este periodo, los juicios más significativos fueron los tres Procesos de Moscú.

En juicios preparados, plenos de falsificaciones, injurias, imágenes trucadas... y bajo la dirección política de Stalin y la ejecutiva del fiscal Vichinsky, la vieja guardia bolchevique fue humillada, destruida moral y físicamente, acusada de las peores calumnias. Trotsky, que había sido expulsado de la URSS, acabaría asesinado en agosto de 1940 en México.

Miles de militantes de la oposición, la corriente de izquierdas impulsada por Trotsky, murieron en Vorkuta y otros campos de exterlaminio stalinistas. Pero los asesinatos persiguiendo «trotskystas» estuvieron presentes en otros muchos lugares fuera de la URSS, en Barcelona, Francia, Vietnam... Pocos aguantaron el terror de los métodos del estalinismo y la GPU/NKVD: destacados dirigentes que habían aguantado años de prisión y tortura bajo el zarismo, cedían y acababan firmando lo que fuera para acabar el sufrimiento. Pero no se trata sólo de un problema de capacidad física de soportar el sufrimiento, sino a menudo de la fortaleza moral con que la persona a suprimir llegaba a las torturas. Detrás de Nin había un partido que luchaba por una revolución todavía viva (a pesar de los hechos de mayo del 37), una lista de compañeras y compañeros que dependían de sus declaraciones... Detrás de muchas declaraciones de importantes dirigentes bolcheviques hay un proceso de degeneración de la revolución y de aislamiento del partido.

Del mismo modo, el terror en la retaguardia republicana orquestado por el PSUC y con la colaboración de ERC preparó una Barcelona incapaz de resistir la entrada de Franco en la ciudad. La Barcelona revolucionaria capaz de todo el sacrificio para parar el fascismo, había sido derrotada meses antes de que Franco entrara por la Diagonal... y la ciudad cayó sin más resistencia.

Josep Lluis del Alcazar

Militante de Lucha Internacionalista

* Pierre Broué. Los procesos de Moscú. Editorial Anagrama, pág 45.

viernes, 23 de agosto de 2013

La astracanada del oro de Moscú

Al fondo el Banco de España el 14 de abril de 1931

Franco y Martín Artajo diseñaron una estrategia secreta y absurda para recuperar los depósitos vendidos por la República. España sacrificó su prestigio diplomático para escarnecer a Negrín y a los exiliados.

A la memoria del profesor Enrique Fuentes Quintana y del embajador Carlos Fernández Espeso

El “oro de Moscú” fue uno de los grandes mitos del franquismo. Menos sabido es que también fue el secreto de Estado por antonomasia de la dictadura. La humillante cláusula de activación de las bases norteamericanas se conoció al fin y al cabo en ciertos círculos de la Administración, tanto en la civil como en la militar, interesados en paliar en lo posible sus efectos. La estrategia diseñada por Franco para “recuperar” el oro solo se comunicó, sin embargo, a los más leales de entre los leales. Una “pequeña” diferencia.

La movilización del oro del Banco de España durante la Guerra Civil ha desvelado casi todos sus misterios. Quedan detalles operativos. No será posible avanzar en este campo, por cierto muy interesante, sin utilizar documentación rusa.

No se ha analizado, sin embargo, la “estrategia” con la que Franco trató de “recuperar” el oro. Esto es algo para lo que la documentación de procedencia soviética no es necesaria. Su diseño y puesta en práctica permiten alumbrar dimensiones esenciales del funcionamiento interno de la dictadura. No como se mostraba en los manuales de Derecho Político, sino como fue en realidad.

Tal estrategia la diseñaron Franco y su ministro de Asuntos Exteriores Alberto Martín Artajo tras recibir, a finales de 1956, la documentación sobre las ventas de oro en Moscú que Juan Negrín había conservado en el exilio. Al público se le informó únicamente de que el Gobierno, merced a diversas gestiones, había conseguido obtener uno de los originales del acta de depósito efectuado en la capital soviética por las autoridades republicanas.

Es obvio que los rusos no devolvieron el oro. Ningún historiador se ha atrevido, sin embargo, a analizar las razones. Quien esto escribe es de la opinión que los errores de bulto o, más exactamente, de principiante en que incurrió el inmarcesible Caudillo fueron tales que el fracaso estaba determinado de antemano.

La supersecreta estrategia implicó incluso mentir a los leales no autorizados a conocer la documentación recibida y lanzar a la palestra (vía una prensa sometida a una censura de hierro) la especie de que el Gobierno estaba en condiciones de reclamar el oro. Los medios internacionales sin excepción se hicieron eco de ella (con muchas cábalas excepto Pravda, que impugnó duramente las pretensiones franquistas y mostró la habilidad soviética para nadar y guardar la ropa).

Sería, con todo, un error atribuir toda la responsabilidad al extinto dictador. Numerosos servidores del régimen, que hubieran debido saber mejor, se callaron o se plegaron a la voluntad omnímoda del jefe del Estado. Entre ellos figuran personajes de toda prosapia en la dictadura: además de Martín Artajo, estuvo por ejemplo el soldado de la Cruzada y denodado batallador que fue el ministro de Hacienda Mariano Navarro Rubio. O el entonces vicepresidente del Gobierno almirante Luis Carrero Blanco. Secundados por figuras de segunda fila, pero miembros prominentes de la élite de la élite de los servidores del régimen: embajadores (José Rojas Moreno, José María de Areilza), abogados y letrados del Consejo de Estado, catedráticos de Derecho Internacional, todos más o menos enzarzados en una lucha entre bastidores de la que nadie ha dicho hasta ahora ni pío.

Puesto a engañar, el Gobierno también engañó al propio Consejo de Estado, remanso de luminarias militares y político-administrativas; sustrajo toda la información relevante al Banco de España, sin que el ilustre gobernador, conde de Benjumea, chistara lo más mínimo, y lanzó a sus funcionarios a una escaramuza diplomática sin darles información. Todo muy fino y eficiente.

El sucesor de Martín Artajo, Fernando María Castiella, mantuvo la dignidad ante los esfuerzos “recuperacionistas” y las instrucciones absurdas del Consejo de Ministros. Pero Gregorio López Bravo, que lo reemplazó, no estuvo a su altura. Sus “titánicos” gestos (sobre todo de cara a la galería) contrastan con su lacrimosa argumentación ante su colega soviético Andréi Gromiko en los años del franquismo tardío.
Este es el trasfondo.

¿Cuál era el objetivo del genio gallego? Amenazar a la URSS con acudir al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya basándose en los “derechos” que daba la posesión del acta de depósito. Ahora bien, según pone de relieve una amplia documentación, incluidas las discusiones habidas en el Consejo de Estado, a ningún jurista de entre los leales de <TH> los leales se le ocurrió ponerla en duda. Si albergaron alguna, se la guardaron para sí.

No seremos tan pedestres para afirmar que las dudas podían provenir del hecho de que algunos, aunque pocos, sabían que los republicanos habían vendido el oro. Un eminente director general de lo Contencioso argumentó que no tenía la menor importancia: era preciso imponer la primacía del derecho emanado del “régimen del 18 de Julio” sobre el derecho internacional. No dijo cómo. De haberse conocido esta tesis en La Haya, Washington, París, Londres o Moscú las carcajadas hubieran sido homéricas. No se rieron, sin embargo, los señores ministros quienes le dieron la razón frente a la opinión unánime de los consejeros de Estado, quizá porque dicho director general había argüido algo que ningún historiador, tontos como somos, ha oteado hasta el momento: el “expolio” del oro justificaba por sí la Guerra Civil.

Ahora bien, ¿reparó alguien en otra razón menos narcisista?: la España de Franco, miembro de Naciones Unidas desde 1955, había renunciado ante la Sociedad de Naciones, en el sublime éxtasis de la Victoria el 1º de abril de 1939, al derecho a acudir a La Haya. Como, por cierto, también la Unión Soviética había excluido la posibilidad de demandar ante el Tribunal o ser demandada ante él.

Ya que no podemos creer que los internacionalistas del régimen fuesen ignaros nos sorprende que a nadie se le ocurriera poner en conocimiento de Franco y de sus ambiciosos fajadores tales circunstancias, perfectamente conocidas de los profesionales.

La patata caliente la pasó Carrero a Castiella, catedrático de Derecho Internacional, para que procediese en consecuencia. Dice mucho a favor de este que hiciera caso omiso de tales instrucciones. Tampoco le ocurrió nada.

Franco perseguía otros objetivos: I) le interesaba ante todo ennegrecer la figura de Negrín y, por ende, de los vencidos en la Guerra Civil; II) sembrar la disensión entre las filas del exilio (con la inestimable aportación de Indalecio Prieto, siempre propenso a hincar el cuchillo en su fallecido antagonista y cuyos artículos en El Socialista el propio Castiella llevaba solícito a Franco); III) potenciar la idea de que los republicanos, malísima ralea, habían robado el tesoro de la nación. Por ello España, bajo la ilustrada guía de su conductor, no había podido avanzar más rápidamente por el sendero del crecimiento económico. La culpa la tenían los “malos españoles”. No él ni su régimen.

En conversaciones privadas con su primo, Franco terminó distanciándose en cierta media de la ilusión de la “recuperación”. Sin embargo, en cuanto López Bravo quiso aplicar una modesta Ostpolitik a la española se le obligó a plegar velas. ¿Y qué se hizo con la “reclamación”?

La “estrategia” de Franco murió de muerte natural con él. No sin que en el entretanto atravesara por algún que otro episodio propio de una astracanada de las de Carlos Arniches. Cabe albergar la razonable sospecha de que “alguien” debió reírse mucho en las orillas del Moscova.

Ahora bien, dado que la política exterior franquista siempre tuvo más de schein (imagen) que de wirklichkeit (sustancia) no es de descartar que también el propio Franco se riese a su manera. ¿Y los intereses inmanentes de España, incluidas las migajas de prestigio diplomático? A él, plim.

Ángel Viñas es catedrático emérito de la UCM. En septiembre publicará Las armas y el oro (Pasado & Presente).

miércoles, 21 de agosto de 2013

Neonazis rusos publican el vídeo del salvaje ataque a una mujer transexual


Cinco agresores atacaron con patadas y puñetazos a una mujer transexual en un parque en Rusia, mientras grababan la escena en un vídeo que luego colgaron en internet. Se trata de una agresión más que sumar a una creciente lista, que por fin ha captado la atención de los medios de comunicación rusos.

dosmanzanas.com 21/8/13 
El vídeo, cuya crudeza puede herir la sensibilidad de los lectores, muestra a los cinco agresores riendo mientras atacan brutalmente a la mujer, que consigue escapar medio desnuda. Se puede acceder a él en la página del grupo Straights for Equality (Heterosexuales por la Igualdad) en la red social rusa VKontakte. Desgraciadamente se trata de una muestra más de la escalada de violencia contra la población LGTB rusa, al tiempo que desde el gobierno se persigue la denominada “propaganda” gay.

Los medios de comunicación internacionales -primero LGTB y posteriormente generalistas- han venido documentando estos ataques, en no poca medida debido a la controversia alrededor de los Juegos Olímpicos de Sochi, pero hasta ahora la actitud tanto de las autoridades rusas como de los medios locales ha sido como poco tibia. En este sentido cabe destacar que un medio como el Moscow Times ha prestado por fin su atención al problema, publicando un artículo sobre los grupos que tienden trampas y atacan a homosexuales, especialmente adolescentes.

jueves, 15 de agosto de 2013

El Ayuntamiento de Amsterdam hizo ondear la bandera LGTB en todos los mástiles de la ciudad durante visita de Putin


Sare Antifaxista 11/8/13
Las críticas internacionales contra la violación de los derechos de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (LGTB) en Rusia se multiplican, y hace pocos días se denunció la muerte de un joven a manos de un grupo nazi-fascista que se jacta de vejar y torturar gays a través de las redes sociales.

domingo, 11 de agosto de 2013

Contra el acoso, humillaciones, tortura y muerte de homosexuales en Rusia

Manifestación en Londres contra la ley 'anti-gays' aprobada en Rusia el 10/8/13. afp
Petición creada en avaaz.org por Rocío B. desde España
Para ser entregada a: El parlamento ruso

Les pedimos que tomen las medidas necesarias y legislen adecuadamente para evitar la impunidad de individuos que se dedican a humillar, acosar, torturar y asesinar a personas homosexuales.

sábado, 10 de agosto de 2013

Revolución internacional por el asesinato de un joven gay a manos de un grupo de neonazis en Rusia

La organización Spectrum Human Rights Alliance ya había denunciado la tortura a la que había sido sometido el joven, tortura que formaba parte de una ola de actos violentos en Rusia por parte del grupo de neonazis Occupy Pedofilyaj, que bajo el argumento "combatir la pederastia", tendieron trampas a homosexuales a través de internet y los sometieron a acoso, malos tratos y torturas. Ahora se ha sabido que en el caso de este chico, nacido en Uzbekistan, los actos macabros han terminado en asesinato.

Las imágenes de la tortura, que han sido publicadas por el propio grupo neonazi y que han dado la vuelta al mundo, muestran al joven semidesnudo y con el cuerpo pintado mientras es sometido a numerosas vejaciones ante la mirada sonriente de sus asesinos. Según denuncia el médico y activista Valentin Degtyarev, el joven falleció por las heridas provocadas con un cuchillo y por un desgarro anal consecuencia de una violación. Pese a las numerosas denuncias internacionales, las autoridades rusas no han reconocido su muerte.

Degtyarez ha hecho pública su preocupación porque este asesinato no sea condenado, ya que "La aplicación de la ley de Putin parece condonar totalmente estas acciones". El médico también ha asegurado que cuando se quejó a las autoridades sobre esta ola de ataques, tanto él como su madre de 72 años, recibieron amenazas y fueron perseguidos.

Petición dirigida a José Manuel García-Margallo:

Contra el asesinato y persecución de los LGTB en la Federación Rusa:

viernes, 9 de agosto de 2013

El Rusito de Víctor Joaquín Ortega

Ediciones La Memoria.
Colección Coloquios y testimonios

Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.
La Habana, 2003

En medio de los convulsos años 30, un joven ruso se integra, como un cubano más, a la lucha revolucionaria desde su ala más radical. El Rusito, de Víctor Joaquín Ortega —Premio Memoria 1997, del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau— recrea, a partir de diversos testimonios, la vida, la acción y los sueños de Moisés Raigorodski, músico, actor, dramaturgo, deportista, pero sobre todo revolucionario.

Otros luchadores lo acompañan en este libro para conformar un relato vívido, cercano, de uno de los momentos más apasionantes de la historia de Cuba.

El Rusito, como Pablo y tantos otros jóvenes cubanos, murió en la defensa de la República española.

Víctor Joaquín Ortega (La Habana, 1942). Periodista y escritor. Ha recibido premios y menciones en diversos concursos nacionales, en los géneros de poesía, cuento, testimonio, artículo, reportaje y crónica. Se ha dedicado asiduamente al estudio de figuras significativas de las luchas revolucionarias de nuestro país en la década del treinta. Entre sus libros están: Kid chocolate: El boxeo soy yo (1981), en coautoría con Elio Menéndez; la novela el látigo del jab sobre los rostros (1986); los testimonios Crónica por una crisis (1987) y Rodolfo Trompá (1998), Crimen en el ring y otros momentos (1989), una selección de su obra periodística y Alberto Sánchez: ¡qué 22 años! (inédito).

martes, 6 de agosto de 2013

El Gobierno vasco aprueba una ayuda de 10.000 euros para los "niños de la guerra"

Imagen de archivo de 'Niños de la guerra' eibarreses

El dinero será destinado a sufragar los gastos que se derivan de las actividades culturales organizadas este año por el centro, en las que participan activamente los "niños de la guerra" y sus descendientes.
 
EFE - 2 de Agosto de 2013
Gasteiz- El Gobierno Vasco ha aprobado una ayuda de 10.000 euros dirigida al Centro Estudio Cultura Española de Moscú, en el que se integran los llamados "niños de la guerra", que fueron evacuados a Rusia durante la Guerra Civil, así como sus familiares.

La ayuda, tal y como ha informado el Gobierno autonómico en un comunicado, se tramitará a través de las direcciones para la Comunidad Vasca en el Exterior y de Víctimas y Derechos Humanos.

El dinero será destinado a sufragar los gastos que se derivan de las actividades culturales organizadas este año por el centro, en las que participan activamente los "niños de la guerra" y sus descendientes.

El Ejecutivo considera que la ciudadanía vasca tiene una "deuda histórica" con estas personas y que las actividades que desarrolla el centro son de "interés público, social y humanitario", por lo que ha decidido colaborar económicamente a través de una subvención directa.

En la actualidad, el centro cuenta con 212 miembros, de los cuales 43 son vascos y el resto de otras comunidades autónomas españolas.