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viernes, 26 de junio de 2015

Rusia recuerda el 74º aniversario de la invasión nazi a la URSS


HispanTV  22 jun. 2015
El 22 de junio es un día especial para Rusia. Y es que el pueblo de ese país recuerda que hace 74 años, el exdictador nazi alemán Adolfo Hitler inició la invasión en la Unión Soviética. Las repúblicas soviéticas perdieron aproximadamente 27 millones de personas.

En Rusia ha tenido lugar el Día de la Memoria y Luto. Es que en el 22 de junio de 1941 la Unión Soviética fue invadida por tropas nazis, una guerra conocida en Rusia como la Gran Guerra Patria. Esta duró 1418 días y para la Unión Soviética representó la pérdida de 27 millones de personas.

El presidente ruso, Vladimir Putin, tras sus palabras ante veteranos de guerra y autoridades, entregó certificados que confieren el título honorífico de "Ciudad de Gloria Militar" a varias ciudades que fueron blanco de las tropas hitlerianas. Los actos conmemorativos dedicados al Día Nacional de la Memoria y Luto se extendieron por todo el país.

En la Federación de Rusia, el Día de la Memoria y Luto se conmemora desde 1996. Precisamente el 8 de junio de ese año el entonces presidente ruso, Boris Yeltsin, emitió un decreto establecimiento el 22 de junio como el día en el que se recuerda el inicio de la guerra con la Alemania nazi.

En Moscú (capital) tuvieron lugar varios eventos en las principales plazas céntricas. Una de las más importantes congregaciones tuvo lugar en la Plaza de la Victoria de la capital rusa. Veteranos de guerra y autoridades colocaron ramos de flores en el monumento a la victoria y en el fuego eterno que recuerda las víctimas caídas en esa guerra.

El 22 de junio en el país los ciudadanos están invitados a reducir a media asta las banderas nacionales y las instituciones culturales, canales de televisión, y estaciones de radio están recomendados en no incluir programas de entretenimiento en su transmisión, para así conmemorar a las víctimas caídas en la guerra.

Cristian Eloy Torres, Moscú.

Karagandá: la estepa de los 34 gallegos «enterrados en vida»

Foto de la web de la Embajada de España en Astaná (Kazajistán)
 
Un monumento recientemente inaugurado en esta región de Kazajistán recuerda a los españoles presos en el Gulag, que agrupó a republicanos y miembros de la División Azul
 
 Javier Armesto
 
 

«Rusia envió a 185 republicanos españoles al gulag sin juzgarlos»

Existen varias portadas del mismo título
 
El historiador leonés Secundino Serrano publica ‘Españoles en el gulag’, que cierra la trilogía de «los que protagonizaron la historia pero no tuvieron quién la contara»
 
Verónica Viñas | León 20/10/2011  
Encontró un sobre con la palabra Karagandá. Tuvo que mirar el lugar en el mapa para ubicarlo en Kazajistán. Todo comenzó en el Archivo de Salamanca. El historiador leonés Secundino Serrano buscaba pistas de los republicanos que combatieron contra Hitler y se encontró una lista de represaliados españoles en Rusia. Desde el 2006 tenía ‘aparcada’ la historia de los republicanos condenados a los campos de trabajo en Siberia. Españoles en el gulag. Republicanos bajo el estalinismo cierra la trilogía que comenzó con Maquis y continuó con La última gesta. Editado por Península, en el tercer libro rescata la memoria de «ciudadanos anónimos que protagonizaron la historia, pero que no tuvieron a nadie que la contara». Serrano lo ha hecho. Ha puesto sobre el papel a los personajes de unos sucesos que han permanecido silenciados durante décadas.
 
El sobre de Karagandá tenía expedientes de personas desterradas al gulag y datos de una campaña de movilización llevada a cabo en Francia para su liberación. A Serrano la historia le fascinó desde el principio. Este profesor de historia ha podido localizar a 185 republicanos en Rusia, aunque hubo hasta 300 españoles en campos de trabajo, «no todos por motivos políticos», dice. Uno de ellos era el maestro leonés Nicolás Díaz Valbuena. Un militante de la CNT oriundo de Vega de Gordón. Sorprendentemente, Díaz Valbuena era miembro de la Sociedad de Amigos de la Unión Soviética. Serrano sólo ha podido averiguar que falleció en un campo de trabajo. La documentación «se pierde ahí. No existe información sobre a qué campo fue destinado ni de las circunstancias de su muerte».
 
Ha sido una labor ardua. A Serrano le tocado el alma. Hechos cruentos a los que ha puesto nombre y apellidos. Biografías que ha rescatado de tediosos expedientes. «La mayoría fueron detenidos y llevados a los campos, sin ser juzgados ni condenados. Fue un auténtico secuestro político».
 
Los de la División Azul. Entre 1948 y 1953 los republicanos convivieron en el gulag con miembros de la célebre División Azul. «El régimen soviético los situó en el mismo bando». Tras la muerte de Stalin, son liberados, y 38 de aquellos republicanos regresan a España junto a los divisionarios a bordo del barco griego Semíramis. En el puerto de Barcelona los 286 repatriados españoles, incluidos los republicanos, son recibidos con los sones del himno nacional.
 
El nuevo libro de Serrano, que llega hoy a las librerías, es un relato «panorámico» de los españoles republicanos en la Unión Soviética. Pero el autor se encontró decenas de historias paralelas que también merecían ser contadas. Mientras escribía el libro pensaba en las matrioskas –las conocidas muñecas rusas que se introducen una dentro de otra—, porque cada episodio le llevaba a otro. «Son como capas de cebolla. Historias dentro de historias, con el nexo común de los campos de trabajo». Serrano también localizó a ocho leoneses de la División Azul que acabaron en el gulag: Alberto Alonso Pascual (Cistierna), Benito Bautrulle del Río (León), Eladio Bello Voces (San Juan de Palueza), Germán Díaz Conde (Velilla de Valderaduey), Modesto Fernández Riesco (León), Cayetano López Bueno (León), Joaquín Montaña González (Villafranca del Bierzo) y Gumersindo Pestaña Fernández (Astorga).
 
Vivo, pero con funeral. El Diario de León de abril de 1954 recoge la llegada de estos hombres a bordo del Semíramis. El corresponsal de Villafranca relata en un artículo la sorpresa de los emocionados padres de Joaquín Montaña González al saber que su hijo estaba vivo, puesto que años atrás, dándole por muerto, le habían hecho hasta un funeral. Durante cinco años republicanos y divisionarios compartieron penalidades en campos del Círculo Polar Ártico (hasta 75 grados bajo cero), las estepas de Kazajastán (como el de Kok-Usek, donde diez españoles, casados con judías austríacas, fueron padres) y en gulags de la Rusia europea.
 
Serrano confiesa que con la trilogía pretendía recuperar a los republicanos españoles que lucharon contra Franco (Maquis), contra Hitler (La última gesta) y contra Stalin (Republicanos en el gulag). En el último libro de Serrano también sorprende la peripecia vivida por una treintena de niños de la guerra —la mayoría vascos, asturianos y cántabros—, que fueron enviados por sus padres a Rusia huyendo de la contienda española. Cuando los nazis avanzan sobre territorio ruso, estos niños son detenidos y repatriados a España. Serrano ha averiguado que dos de ellos acabaron en la guerrilla antifranquista. Eran los asturianos Eloy Álvarez El Ruso y Roberto Montes Cantinflas. Ambos fueron eliminados el 7 de febrero de 1950 en una emboscada en Asturias. Otro de aquellos niños era el santanderino Néstor Rapp Lantarón que acabaría siendo uno de los fundadores de Comisiones Obreras de Vizcaya.
 
Ni reyes, ni generales, ciudadanos. El libro de Serrano está plagado de historias humanas. Hay docenas de acontecimientos dignos de novela. El autor no sabe si los abordará en un próximo libro. Su objetivo inmediato era concluir la trilogía, concebida como «un homenaje histórico a españoles anónimos», asegura. Y es que a este historiador leonés no le interesan los reyes ni los generales, sino los ciudadanos anónimos que en determinadas circunstancias tuvieron una participación crucial en la historia, con el agravante de haber sido despreciados por la historia oficial.
 
«Sabemos mucho de políticos e intelectuales republicanos, pero poco de los protagonistas auténticos. Esa es mi aportación, situarlos en la historia, darles visibilidad». Un puñado de hombres que pagaron cara la defensa de sus ideales. También las crónicas oficiales, las que escriben los vencedores, les desterraron para siempre. A Serrano le delata el entusiasmo cuando habla de estos personajes que ha rastreado por bibliotecas y archivos, incluida la hemeroteca del Diario de León.

jueves, 25 de junio de 2015

Rusia podría identificar productos de compañías que colaboraron con nazis

 
El diputado de la Duma Estatal, Alexéi Zhuravliov, propuso identificar los productos de las compañías que colaboraron con la Alemania nazi, informó el periódico ruso Izvestia este lunes.
 
22.06.2015 sputniknews
"Para que nuestra historia no se deforme, es necesario que la joven generación recuerde y sepa qué sucedió durante el siglo XX, y que en Rusia hay hoy compañías que en su momento trabajaron activamente para el Tercer Reich, producían sustancias tóxicas con las que envenenaban a nuestro pueblo, producían armas y aviones", expresó Zhuravliov al rotativo.
 
Según el proyecto de ley, se propone crear la ley "Promoción de los productos de las organizaciones comerciales extranjeras que tenían contactos de negocios con el Partido Nacional Socialista de Alemania o el Partido Fascista de Italia".
 
De acuerdo a las enmiendas, los anuncios de las producciones de estas compañías debe indicar que estas tenían relación con los nazis y la información sobre el carácter criminal de estos partidos, señala el periódico.
 
En particular, durante los anuncios radiales de estos productores se propone relatar sobre el pasado de la compañía no menos de tres segundos.
 
En los anuncios televisivos, esta información se amplía a no menos de cinco segundos, y ocupa no menos del 7% de la superficie de la imagen, informa Izvestia.
 
"En otros tipos de anuncios, esta información debe ocupar al menos 10% de la superficie del anuncio", señala el proyecto de ley.
 
Como ejemplo de compañías que amenazan a la seguridad nacional de Rusia, Zhuravliov señala a la compañía Siemens, la cual, según el parlamentario, durante años colabora con los Servicios Federales de Inteligencia de Alemania (BND).
 
La compañía Ikea, según el parlamentario, extorsiona a los productores.
 
En 2010 el Ministerio del Interior de Rusia abrió un proceso contra dos altos ejecutivos de la representación rusa de la compañía por extorsionar a una serie de empresarios rusos por una suma de 6,5 millones de rublos, según el rotativo.
 
Más información:
 
5 empresas que colaboraron con los Nazis y poca gente sabe
 
Empresas que ayudaron a los nazis
 

martes, 23 de junio de 2015

Una deuda con Josefina Iturrarán

Josefina Iturrarán
 
Pilar Bonet - Las Atalayas blog de El País | 09 de junio de 2015
Josefina Iturrarán se hubiera alegrado de saber que por fin ha sido erigido un monumento en memoria de los españoles que perecieron en el lager estalinista de Karagandá (Karlag), en la estepa de Kazajistán. A Iturrarán le corresponde el mérito de haber realizado la primera sistematización de los campos (dependientes del ministerio del Interior de la URSS o NKVD y del GULAG), donde estuvieron internados presos españoles a partir de 1941 y hasta los años cincuenta. Fue a mediados de la década de los noventa, hace más de veinte años, cuando, por encargo de EL PAIS, la investigadora trabajó durante varios meses en el archivo del Centro de Conservación de Colecciones Histórico-Documentales (antiguo archivo especial secreto fundado en 1946 para usos policiales políticos y judiciales, abierto al público en 1991).
 
Iturrarán emprendió la titánica tarea de examinar centenares de miles de fichas de presos de numerosas nacionalidades y estableció que los españoles habían estado internados en un mínimo de 20 campos a lo largo y ancho de la geografía soviética, desde Odessa y Donetsk, en Ucrania, hasta Ajmólinsk y Karagandá, en Kazajistán. Josefina descubrió además la orden secreta por la que el comisario del Interior Lavrenti Beria, el 26 de junio de 1941, había mandado internar en el campo de Norilsk, en el Círculo Polar Ártico, a varios contingentes de españoles residentes en la URSS. Al día siguiente fueron detenidas las tripulaciones de los mercantes de la República Española fondeados en Odessa.
 
El resultado de su trabajo fue “Una deuda con la historia”, un artículo publicado en EL PAIS el 12 de marzo de 1995, en el que Iturrarán pasaba revista al destino de los detenidos, marineros, pilotos, “niños” y emigrantes políticos, a los que se añadieron combatientes de la División Azul, algunos de los cuales se habían alistado precisamente para pasarse a la URSS.
 
Creía Josefina que, para cerrar ese doloroso periodo histórico, era necesario construir un monolito en memoria de los españoles en alguno de los campos por donde pasaron. En Karagandá su deseo se ha cumplido, pero ella ya no está entre nosotros para verlo.
 
La “niña de la guerra” que salió de Guernika en 1937 pocos días antes del bombardeo alemán, falleció en Moscú el 27 de enero de 2014 a los 90 años de edad.
 
Nos enteramos de su muerte con imperdonable retraso. Ucrania, en plena efervescencia,nos mantenía alejados de Moscú; en los últimos años, Josefina se empeñaba en no descolgar el teléfono y, además, había dejado de visitar el Centro Español. Apasionada e imaginativa, Iturrarán fue mujer de muchos talentos. Tras su llegada en barco a Leningrado en 1937 pasó por varias casas de niños de diferentes localidades hasta llegar a Odessa, ciudad donde estudió y donde tomó lecciones de canto. En 1940 se trasladó a Moscú, donde fue admitida en el conservatorio poco antes de que los alemanes invadieron la URSS en junio de 1941. Junto con otros niños españoles, huyó a Siberia y de allí, a Uzbekistán, en Asia Central, donde participó en la cosecha del algodón y comenzó estudios de Pedagogía.
 
De vuelta a Moscú se licenció en el Instituto de Lenguas con diploma de honor en 1952-53. Trabajó en el Instituto de Ciencias Sociales adjunto al Comité Central del PCUS y, ayudó a alfabetizar a militantes comunistas internacionales que, en un ambiente de clandestinidad e inscritos con nombres falsos, se preparaban para la revolución. Después pasó a la Academia Diplomática, de donde se jubiló en 1987. Conoció a Fidel Castro y al Che Guevara, grabó discos con canciones de Federico García Lorca, cantó para la Pasionaria, que apreciaba mucho su voz, para Pablo Neruda y para Rafael Alberti.
 
A lo largo de su vida, Iturrarán realizó múltiples investigaciones. Rescató las obras inéditas del músico Vicente Martín y Soler, que vino a Rusia invitado por Catalina la Grande en el siglo XVIII, y también correspondencia y grabaciones de Pablo de Sarasate y Pau Casals, asiduos de Rusia antes de la revolución de 1917, y fotografías y manuscritos de Rafael Alberti entre muchas otras cosas.
 
Josefina estaba especialmente satisfecha de haber conseguido que una calle de la ciudad de Nizhni Nóvgorod (en el Volga) fuera bautizada con el nombre de Agustín de Betancour, el ingeniero canario que desarrolló las obras públicas en Rusia a principios del XIX. Para conseguirlo, Iturrarán mantuvo cuatro años de correspondencia con Boris Nemtsov, cuando este político, asesinado el pasado febrero, era el gobernador de la provincia de Nizhnni Nóvgorod. Nemtsov, según explicaba Josefina, entendió que era importante honrar la memoria del artífice de los planos de recinto de la feria local.

Josefín investigó también la figura de José de Ribas, el fundador de la ciudad de Odessa en el siglo XVIII, quien luchó contra los turcos al frente de una flotilla de cosacos y estuvo aparentemente implicado en el compló que acabó con la vida de Pavel I.

Por sus méritos en la recuperación de la cultura española en Rusia, fue condecorada con al orden de Isabel la Católica.

La enterraron en el cementerio de Novodévichi, sin que pudiera llegar a cumplir su anhelo de ir a España, como dijo en una ocasión, para tener “un rinconcito con una cama y una mesa donde yo pueda escribir mis memorias y recuerdos y venga una persona una vez al día a traerme unos garbanzos”.

miércoles, 17 de junio de 2015

Homenaje a los republicanos españoles en campos de trabajo de Kazajstán

 
Recuerdo y homenaje a los españoles republicanos internados en los campos de trabajo de Kazajstán
 
AGE 14/6/15
Durante el periodo estalinista en la URSS hubo un grupo de republicanos españoles, entre ellos niños, maestros, marinos y aviadores, que acabaron siendo internados en el Gulag, a veces por pequeñas causas como robos en periodos de hambre y guerra, otras veces por temas de mayor gravedad, y en numerosos casos por simples sospechas o pura persecución política.
 
Invitada por el gobierno de Kazajstán y la Embajada Española en Astaná, junto a un grupo de familiares de presos republicanos, niños de la guerra, maestros, marinos y pilotos, Dolores Cabra, Secretaria General de AGE, viajó a Astaná, al antiguo campo de prisioneros de Karaganda y al museo y los archivos de la represión en Dolinka, los días 29 de mayo a 1 de junio del actual.
 
En el memorial donde estuvo ubicado el campo de trabajos forzados de Karaganda se ha levantado un sencillo monumento en recuerdo de los españoles internados y fallecidos allí. En este campo existen ya monumentos en memoria de los presos de numerosos países.
 
Tal y como recibimos el mensaje de nuestra anterior Presidenta, Adelina Kondratieva, teniente de aviación de la República Española y Teniente Mayor en la Guerra Patria, debíamos velar por los pilotos, marinos, maestros, niños de la guerra cuyo destino fue ser concentracionarios de esos campos. Y así lo hemos hecho, cumpliendo con este deber de memoria.Y también recordando a nuestra consocia y compañera de Caravanas de Memoria, la niña de la guerra cántabra Josefina Iturrarán, fallecida en enero de 2014, quien tanto nos ilustró sobre estos hechos a través de sus investigaciones.
 
En homenaje a Adelina y a todos ellos hicimos acto de presencia republicana en el Museo-Archivo de Dolinka, dedicado a las víctimas de la represión política, junto al Presidente de la Asociación de Aviadores de la República (ADAR) y la Directora de la Institución.
 
 
Dolores Cabra en el centro, con el Presidente de ADAR y la Directora del Museo de Víctimas de la Represión Política de Dolinka
 






 
Los Archivos Nacionales de la República de Kazajstán, el Archivo Estatal de la Región de Karaganda y el Museo de Dolinka son depositarios de la memoria de la represión política que afectó a víctimas de muchas nacionalidades, entre ellas españoles republicanos, internados en distintos campos de la antigua República Socialista Soviética de Kazajstán.
 
AGE ha tenido encuentros con los directores de los tres archivos y ha promovido un convenio de colaboración y de intercambio de documentación entre estos y el Archivo Nacional de Cataluña (ANC).

El País: