Fundación Andreu Nin
Contra el canon Solzhenitsin. Un ciclo de conferencias
y una recopilación. Pepe Gutiérrez-Álvarez
Entre abril y junio de este 2013, la Fundació Andreu Nin catalana
en colaboración inestimable de Biblioteca del mismo nombre, abordará diversos ejemplos de la resistencia literaria contra
los años sin perdón del estalinismo. Lo hará a través
de una serie de conferencias quincenales con el inequívoco título
de Contra el canon Solzhenitsin, el proyecto comprende igualmente esta edición
de textos asequible al personal interesado a través de Internet.
Su sentido básico es el siguiente: denunciar de manera documentada una imposición de lo que se ha venido a llamar “pensamiento único”. Los portavoces de dicho “pensamiento” atribuyen al singular y muy reaccionario célebre Nobel, pero sobre todo a su obra Archipiélago Gulag (asequible en diversas ediciones, así como en pdf en diversas páginas de la Red), la categoría de “definitiva” en lo que respecta a lo que el Vatican llamaría el carácter “intrínsecamente perverso del comunismo”, reduciendo este a su más grotesca deformació estaliniana.
Tal pretensión nos parece radicalmente discutible, y por numerosas razones.
La primera es porque concede al escritor una naturaleza “superadora” de un debate que sigue enfrentado diversas escuelas, y sobre el que caben perspectivas muy diferentes, y lo hace porque sí, porque le conviene, obviando razones tan elementales como la siguiente: desde 1917 hasta 1989, las distancias socioeconómicas que existían entre el país del dólar y el que fue país de los zares, no había más que disminuir, hasta el punto que la URSS se erigió desde los años cincuenta en la segunda potencia mundial. De ahí que su modelo de desarrollo fuese tan atractivo para los países colonizados o semicoloniazados. Por ejemplo, como se desprende de las memorias del general Giap, el ejemplo soviético subyacía como dinamizador utópico en la resistencia vietnamita.
No tiene en cuenta la vertiente reaccionaria del autor cuya ideología comprende el repudio de toda modernidad posterior al…Renacimiento (de lo que se desprende que habría mandado Grecia y roma a los infiernos para dejarla todo el legado cultural occidental a…Jerusalén). De esta posición tuvimos noticia los más antiguos que recordarán sus declaraciones directas a “Bigote” José Mª Iñigo en TVE, y en las que proclamó que los españoles teníamos suerte de gozar de un régimen nacional-católico como el del general Franco.
Semejante consagración del el canon Solzhenitsin más que subvertir la investigación historiográfica, lo que hacía era refrendar el discurso de los líderes del llamado “mundo libre” del momento, Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Wotyla, o del general Pinochet por no hablar de los voceros del “apartheid” sudafricano todavía vigente en el momento.
Desde los monopolios informativos la victoria del “profeta” de filiación zarista, venía a tirar por tierra la labor testimonial e investigadora efectuada desde la izquierda desde siempre, y pretendía ofrecer una suerte de borrón y cuenta nueva que dejaba en la basura a autores de la talla de E.H. Carr, Isaac Deutscher, John Reed, Moshe Lewin, Stephen Cohen, Pierre Broué, Edmund Wilson, etcétera, etcétera.
Finalmente, el canon Solzhenitsin confirmaba todo lo que había ido proclamando la sovietología conservadora en el curso de la “guerra fría”, y por lo mismo, consagraba la victoria del Imperio sobre un “experimento socialista” destinado a desaparecer del mapa. Desde la oscura noche de los zares se condenaba a los infiernos cualquier alternativa al capitalismo, y se condenaba como la quintaesencia del “totalitarismo” todo proyecto de superación de este, justo en un momento en que el egoísmo propietario no solamente condenaba a la miseria a los humillados y ofendidos del Semejante maniobra cultural tenía además la perversa virtud de meter en el mismo saco los nombres de la noche estaliniana con el de los que habían sido sus más enérgicos opositores, con sus víctimas, y de paso, se trataba de liquidar toda la tradición socialista en su conjunto. Nadie podrá negar que fuera una jugada maestra, ya que la consecuencia era que los poderosos se convertían en los buenos –en los “combatientes de la libertad” para decirlo con palabras de Reagan-, y sus adversarios pasaban a ser los malos.
Obviamente, la crítica todo este entramado no obliga a cuestionar los valores literarios y los posibles aportes testimoniales del escritor ruso. Desde Knut Hamsun a Mario Vargas Llosa, la historia de la literatura está repleta de grandes escritores que como personas han puesto su pluma al servicio de las peores causas, incluyendo por supuesto la estalinista con todas sus contradicciones. Esto no es por supuesto, ninguna novedad, y se trata de saber diferenciar, y de tomar partido contra el mal social en todas sus formas.
Estas jornadas abundaran desde diversos ángulos y desde distintos escritores y sensibilidades sobre toda esta cuestión. Como suele suceder en este tipo de actos, la idea es ofrecer introducciones serias y documentadas para facilitar el mayor debate posible. No se trata de una tarea divulgativa sencilla, y la muestra es que este tipo actividades raramente salen de las universidades o de los círculos especializados. El interés de la Fundació Andreu Nin es bajar el fuego de los dioses a los mortales, y para ello estarán las ponencias y también esta recopilación de textos.
Su sentido básico es el siguiente: denunciar de manera documentada una imposición de lo que se ha venido a llamar “pensamiento único”. Los portavoces de dicho “pensamiento” atribuyen al singular y muy reaccionario célebre Nobel, pero sobre todo a su obra Archipiélago Gulag (asequible en diversas ediciones, así como en pdf en diversas páginas de la Red), la categoría de “definitiva” en lo que respecta a lo que el Vatican llamaría el carácter “intrínsecamente perverso del comunismo”, reduciendo este a su más grotesca deformació estaliniana.
Tal pretensión nos parece radicalmente discutible, y por numerosas razones.
La primera es porque concede al escritor una naturaleza “superadora” de un debate que sigue enfrentado diversas escuelas, y sobre el que caben perspectivas muy diferentes, y lo hace porque sí, porque le conviene, obviando razones tan elementales como la siguiente: desde 1917 hasta 1989, las distancias socioeconómicas que existían entre el país del dólar y el que fue país de los zares, no había más que disminuir, hasta el punto que la URSS se erigió desde los años cincuenta en la segunda potencia mundial. De ahí que su modelo de desarrollo fuese tan atractivo para los países colonizados o semicoloniazados. Por ejemplo, como se desprende de las memorias del general Giap, el ejemplo soviético subyacía como dinamizador utópico en la resistencia vietnamita.
No tiene en cuenta la vertiente reaccionaria del autor cuya ideología comprende el repudio de toda modernidad posterior al…Renacimiento (de lo que se desprende que habría mandado Grecia y roma a los infiernos para dejarla todo el legado cultural occidental a…Jerusalén). De esta posición tuvimos noticia los más antiguos que recordarán sus declaraciones directas a “Bigote” José Mª Iñigo en TVE, y en las que proclamó que los españoles teníamos suerte de gozar de un régimen nacional-católico como el del general Franco.
Semejante consagración del el canon Solzhenitsin más que subvertir la investigación historiográfica, lo que hacía era refrendar el discurso de los líderes del llamado “mundo libre” del momento, Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Wotyla, o del general Pinochet por no hablar de los voceros del “apartheid” sudafricano todavía vigente en el momento.
Desde los monopolios informativos la victoria del “profeta” de filiación zarista, venía a tirar por tierra la labor testimonial e investigadora efectuada desde la izquierda desde siempre, y pretendía ofrecer una suerte de borrón y cuenta nueva que dejaba en la basura a autores de la talla de E.H. Carr, Isaac Deutscher, John Reed, Moshe Lewin, Stephen Cohen, Pierre Broué, Edmund Wilson, etcétera, etcétera.
Finalmente, el canon Solzhenitsin confirmaba todo lo que había ido proclamando la sovietología conservadora en el curso de la “guerra fría”, y por lo mismo, consagraba la victoria del Imperio sobre un “experimento socialista” destinado a desaparecer del mapa. Desde la oscura noche de los zares se condenaba a los infiernos cualquier alternativa al capitalismo, y se condenaba como la quintaesencia del “totalitarismo” todo proyecto de superación de este, justo en un momento en que el egoísmo propietario no solamente condenaba a la miseria a los humillados y ofendidos del Semejante maniobra cultural tenía además la perversa virtud de meter en el mismo saco los nombres de la noche estaliniana con el de los que habían sido sus más enérgicos opositores, con sus víctimas, y de paso, se trataba de liquidar toda la tradición socialista en su conjunto. Nadie podrá negar que fuera una jugada maestra, ya que la consecuencia era que los poderosos se convertían en los buenos –en los “combatientes de la libertad” para decirlo con palabras de Reagan-, y sus adversarios pasaban a ser los malos.
Obviamente, la crítica todo este entramado no obliga a cuestionar los valores literarios y los posibles aportes testimoniales del escritor ruso. Desde Knut Hamsun a Mario Vargas Llosa, la historia de la literatura está repleta de grandes escritores que como personas han puesto su pluma al servicio de las peores causas, incluyendo por supuesto la estalinista con todas sus contradicciones. Esto no es por supuesto, ninguna novedad, y se trata de saber diferenciar, y de tomar partido contra el mal social en todas sus formas.
Estas jornadas abundaran desde diversos ángulos y desde distintos escritores y sensibilidades sobre toda esta cuestión. Como suele suceder en este tipo de actos, la idea es ofrecer introducciones serias y documentadas para facilitar el mayor debate posible. No se trata de una tarea divulgativa sencilla, y la muestra es que este tipo actividades raramente salen de las universidades o de los círculos especializados. El interés de la Fundació Andreu Nin es bajar el fuego de los dioses a los mortales, y para ello estarán las ponencias y también esta recopilación de textos.
Se trata de una recopilación realizada personalmente, y de lo que
soy el único responsable. Me disculpo por incluir un cierto número
de trabajos propios, pero pienso que cualquier otro recopilador los
habría tenido que tener en cuenta. Creo que lo fundamental es que
en su conjunto representa un material complementaria a las jornadas
Programa
Las jornadas comprende los siguientes actos:
11/04/13
1. Contra el canon Solzhenisin
Presenta: Mª Teresa Carbonell
Ponentes Pelai Pagés, Pepe Gutiérrez-Álvarez, i Jordi Torrent Bestit
25/04/13
2. Victor Serge. Los años sin perdón
Presenta: Mª Teresa Carbonell
Ponente. Mike Eaude
9-05-13
3. Panait Istrati. Regresos de la URSS
Presenta: Alfons Bech
Ponente: Ferran Aïsa, Pepe Gutiérrez-Álvarez
23-05-13
4. Vasili Grossman. Vida y destino
Las jornadas comprende los siguientes actos:
11/04/13
1. Contra el canon Solzhenisin
Presenta: Mª Teresa Carbonell
Ponentes Pelai Pagés, Pepe Gutiérrez-Álvarez, i Jordi Torrent Bestit
25/04/13
2. Victor Serge. Los años sin perdón
Presenta: Mª Teresa Carbonell
Ponente. Mike Eaude
9-05-13
3. Panait Istrati. Regresos de la URSS
Presenta: Alfons Bech
Ponente: Ferran Aïsa, Pepe Gutiérrez-Álvarez
23-05-13
4. Vasili Grossman. Vida y destino
Presenta: Pepe Gutiérrez-Álvarez
Ponente. José Enrique
Martínez
6-06-13:
5. Evgenia Ginzburg y otras historias
Presenta: Pepe Gutiérrez-Álvarez
Ponente: Javier García Sánchez
6. Varlam Shalamov. Relatos de Kolimá
Presenta: Pepe Gutiérrez-Álvarez
Ponentes: Ricardo San Vicente
6-06-13:
5. Evgenia Ginzburg y otras historias
Presenta: Pepe Gutiérrez-Álvarez
Ponente: Javier García Sánchez
6. Varlam Shalamov. Relatos de Kolimá
Presenta: Pepe Gutiérrez-Álvarez
Ponentes: Ricardo San Vicente
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