Ha fallecido Adelina Kondratieva.
Brigadista Internacional
Presidenta
de la sección española del Comité Soviético de Veteranos de Guerra.
Teniente de Aviación de la República
Española. Soldado de dos guerras
Presidenta de la Asociación Archivo Guerra
y Exilio (AGE)
A las 5,30
de la madrugada del día 14 de diciembre ha fallecido en Moscú, a los 95 años de
edad, Adelina Kondratieva, Presidenta de AGE. La gran luchadora por la
libertad, brigadista internacional, gran impulsora del movimiento memorialista
en España desde que nos conocimos a principios de los años 90.
Nacida en
Buenos Aires en el año 1917, de padres rusos emigrados. Su padre Benjamín
Abramson había escapado de la represión zarista en 1910 con una condena a
muerte emigrando a Argentina. Allí residió la familia hasta 1932 en que se
trasladan a Rusia para participar, con gran ilusión, en la construcción del
Estado socialista. Se acoplaron con dificultades. Se incorporó con 14 años a la
escuela. Cuando solicitó su ingreso en la Unión de Juventudes
Comunistas, se le denegó su ingreso por considerarla "hija de un
trotskista con el agravante de haber nacido en Buenos Aires". Le costó dos
solicitudes más, a la tercera la admitieron.
Adelina,
con su padre Benjamín, y con identidades falsas, salieron en enero del 1937 con
rumbo a España, donde ya se encontraba su hermana Paulina, para participar en
la lucha contra el fascismo. Después de atravesar clandestinamente la Europa
fascista y Francia, consiguen llegar a Barcelona y Valencia. Adelina, tiene
entonces 19 años y por sus conocimientos de español, se le destina como
intérprete y traductora en la Aviación, en el Estado Mayor de la Fuerza Aérea
de la República, con sede en Albacete, ciudad que también acogía a las Brigadas
Internacionales, donde permaneció destacada en la finca de Los Llanos, sede de
la aviación. En la Aviación Republicana Española obtiene la graduación de
teniente. Trabajó, entre otros, con el asesor Smushkevich, conocido en España
como el general Douglas. Adelina recuerda que le fue de gran ayuda la atención
paternal y las enseñanzas de Núñez Maza.
Su hermana
Paulina trabajaba con el asesor soviético Xanti Mansurov con quien se casó
después. Xanti tuvo diferentes misiones en España. Fue consejero de las
unidades militares en la defensa de Madrid, asesor del Cuerpo de
Madrid-Cataluña y también de la 35 división, organizador en el XIV Cuerpo de
Guerrilleros, y colaborador en la preparación de oficiales.
La guerra
dificultaba el contacto con su familia, pero en febrero de 1937 una agradable
sorpresa, supuso la visita, en vísperas del cumpleaños de Adelina, de Paulina y
Xanti. A su padre no lo volvería a ver hasta finales de 1937.
Uno de los
trabajos de Adelina y sus compañeros era pasar toda la noche atentos a la
información de la centralita que daba los partes de los aeródromos. La mayor
parte de la vida en Albacete, la desarrollaba Los Llanos por donde pasaban
aviadores rusos y españoles. Su memoria no ha olvidado sus nombres, y cuando ha
vuelto a reunirse en Madrid, en tiempos posteriores, con los pilotos de la
Asociación de Aviadores de la República, Adelina ha sentido el calor y el
afecto que imperaba entre todos ellos en aquellas fechas. Cuando disponía de
tiempo iba a la ciudad en la moto de un mecánico ruso, Gregori Sokolov.
Disfrutaba recorriendo las calles, la plaza del Ayuntamiento y aprovechaba para
comprarse ropa de abrigo: “Una señora me hizo un par de jerséis que eran la
envidia de mis camaradas y de gran utilidad en este clima tan frió”.
Uno de los
episodios más fijos en la memoria de Adelina es el bombardeo de la capital el
20 de febrero de 1937: “Ese bombardeo fue algo macabro. Durante casi toda la
noche el cielo de Albacete permaneció resplandeciente por las explosiones de
las bombas y el ruido era estremecedor. Las acciones se repetían tras un breve
intervalo de tiempo y uno tenía la impresión que aquella era una noche
interminable. Al día siguiente fuimos a la ciudad y los estragos del bombardeo
dejaron heridas las calles y plazas, especialmente las pérdidas fueron más
intensas entre el Altozano y la estación de ferrocarril”, contaba en una de sus
entrevistas.
En 1938
regresó a Moscú donde ingresó en la Universidad Obrera para adultos. Se doctoró
en Ciencias Históricas, especializándose en movimiento sindical
latinoamericano. En 1941, estudia italiano en la Facultad Militar de Idiomas
Extranjeros, para servir durante la invasión nazi como intérprete de los
prisioneros italianos en el frente ruso. Chocó con sus superiores por el mal
trato que se les daba.
Fue
Teniente Superior del Ejército Soviético entre 1941-1949, y participó
activamente en toda la campaña militar durante la ocupación alemana de la URSS.
Al final
de la guerra se reincorpora al Instituto Militar de Idiomas. Se casó con el
también militar Alexander Kondratiev y tuvo una hija, Elena.
En 1951 es
detenido su padre, con 63 años, acusado de trotskista. Adelina, hubo de
acompañarle en su detención por orden del mayor.
De su
padre no consiguieron ninguna confesión. Todas las acusaciones fueron refutadas.
Consiguió lo que se llamaba una condena ¡Leve!: cinco años de gulag con
destierro subsiguiente, sin poder vivir en ninguna ciudad importante. Fue
liberado tras la muerte de Stalin.
Tras
muchas vicisitudes, por "ser hija de detenido y además extranjera",
continuó su vida como jefa de la cátedra de español en el Instituto de
Pedagogía.
En los
años 90 comenzó a realizar viajes periódicos a España. Conocimos a las dos
hermanas en Madrid y las animamos a publicar en la editorial Compañía Literaria
que dirigía Juan Barceló su libro de memorias “Mosaico Roto”. Desde aquella
época contactó con numerosos círculos de exiliados, expresos, guerrilleros
antifranquistas, antiguos militares de la República, etc. y fue la inspiradora
y principal impulsora del Homenaje a las Brigadas Internacionales del año 96.
Posteriormente,
en marzo de 1997, impulsó la creación de la Asociación Archivo Guerra y Exilio
(AGE) y la digitalización de archivos y documentación dispersa por todo el
mundo y especialmente por Rusia relativa a la Guerra Civil. Viajamos juntas por
numerosos países, Gran Bretaña, Italia, Canadá, USA, México, Suiza, Luxemburgo,
y sobre todo por la inmensa Rusia, solicitando a los exiliados y a los
brigadistas que colaboraran en la labor de recuperación de la memoria histórica
de España. Residió largas temporadas en España incluso en condiciones
económicas muy difíciles, para formar equipos de trabajo, conseguir apoyos y
reunir materiales y personas dispuestas a dar un fuerte impulso a la
recuperación de la memoria histórica.
Hasta su
fallecimiento fue Presidenta de AGE y Presidenta de la Sección Española de los
militares participantes en la Guerra Civil Española del Comité de Veteranos de
Rusia. Se encontraba en constante relación con los que fueron niños de la guerra del Centro Español de Moscú, con los círculos
de hispanistas rusos, especialmente con nuestra amiga Natalia Malinovskaya y
con los supervivientes brigadistas de todo el mundo y participó e impulsó las
diferentes actividades de memoria histórica tanto en Rusia como en España u
otros países relacionados con la historia de la Guerra Civil y la dictadura
franquista, incluyendo su participación en jornadas de apoyo a los antiguos
guerrilleros, homenajes a los brigadistas, a los antiguos militares republicanos,
los niños de la guerra, y Caravanas de la Memoria de AGE, y especialmente en
los trabajos para la digitalización de los numerosos archivos rusos que
contienen materiales importantes sobre la guerra y el exilio español en la
URSS, la última cita con los archivos la tuvimos ambas en octubre de este año,
con la dirección del RGASPI en Moscú, negociando de nuevo la digitalización del
fondo 45, fondo de Brigadas Internacionales, objetivo que perseguíamos en AGE
desde 1997 acudiendo ambas a las reuniones anuales del Incomka como miembros
observadores, y que sistemáticamente nos «complicó» el Ministerio de Cultura de España, tanto si
gobernaba el PP como el PSOE, aunque ello no impidió que volviéramos a
intentarlo año tras año, firmando convenios de AGE con el Ministerio de Cultura
de la Federación Rusa, con el Consejo Internacional de Archivos, y consiguiendo
por fin apoyos del Archivo Nacional de Cataluña, en fin, tantas actividades,
tanta energía, tanta sabiduría e inteligencia sólo podían tenerla los brigadistas
internacionales y los guerrilleros antifranquistas.
La última
vez que estuve con ella en Moscú, fue con motivo del 75 aniversario de la
evacuación de los niños de la guerra. En el Centro Español de Moscú asistimos a
los actos y en el gran salón tuvo una de sus últimas intervenciones públicas,
en apoyo solidario a la lucha por el mantenimiento del Centro, en peligro de
desahucio por la falta de apoyo del gobierno de España. Tuvimos en esos días
también un entrañable encuentro en el Comité de Veteranos con nuestras gentes
queridas.
Juntas
mantuvimos una larga batalla para conseguir que España le concediera la pensión
que por ley le correspondía como teniente de aviación de la República, pero
tropezamos sistemáticamente con murallas infranqueables y diques de contención
que amparan las absurdas y temibles
burocracias y la mala intención de altos estamentos políticos. No lo conseguimos y Adelina, en este último
viaje a Moscú, me volvió a repetir su deseo de vivir el resto de sus días en
España. Yo siempre le decía que España, en estos tiempos, es una madrastra para
sus hijos más nobles pero que seguiríamos intentándolo.
Ahora
Adelina ya no está pero ahí queda registrado todo su combate por la libertad,
por la justicia y por los derechos humanos.
En una de
sus últimas cartas a los compañeros y socios de AGE que me dictó decía:
... Desde
aquí, soñando con verles lo más pronto posible me despido con sentimientos
tristes pero con ánimos para el futuro que junto a vosotros continuaremos
forjando en esta batalla de las personas honradas. Pienso que en la situación
actual el gran fracaso es de la derecha que no admitió la derrota sobre el fascismo y el gran fracaso es también de la
izquierda que no mostró la historia real a las siguientes generaciones. De ahí
la crisis de valores y la vuelta de los fascismos en sus peores manifestaciones
ante el asombro de la juventud, que desconoce el horror que traen las
dictaduras...
La más auténtica resistencia a la tiranía y a
los fascismos hemos tenido el honor y la gloria de tenerlos en AGE encarnados
en una mujer excepcional, cuya profunda honradez y entereza moral ha ido
iluminando los caminos con la luz y las ideas de su sabiduría, inteligencia, y
generosidad.
¡Hasta
siempre Adelina!
Dolores
Cabra
Secretaria
General de AGE
Adelina en Albacete |
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