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domingo, 23 de marzo de 2014

Ángel Pestaña: el obrero español que se enfrentó a Lenin



Ángel Pestaña Núñez nació el 14 de febrero de 1886 en Santo Tomás de las Ollas, en el Bierzo leonés, en el seno de una familia pobre de mineros. Creció sin haber conocido a su madre, y siendo todavía niño, quedó huérfano de padre, por lo que solo en el mundo y ya endeudado, tuvo que ganarse el sustento como minero, ferroviario, calderero, albañil, almacenista... hasta que finalmente aprendió la profesión de relojero. A los 15 años fue encarcelado 3 meses en Sestao por haber hecho unas declaraciones espontáneas en un mitin a favor de las 8 horas. Huyendo de la miseria recorre España, Francia y el Norte de África, hasta que finalmente fija su residencia en Barcelona, donde pronto entra en contacto con los círculos libertarios.
 
Al igual que Seguí, del que se considera discípulo, participará activamente en los congresos obreros, y en las huelgas de 1917 y 1919, por la que fue nuevamente encarcelado. En 1919 es designado director del principal periódico libertario, el Solidaridad Obrera, y al igual que el Noi del Sucre defenderá la unidad, siendo partidario de la fusión CNT-UGT, y clamará contra toda violencia, incluida la dirigida por sus propios correligionarios. Pestaña encarna el tipo de militante místico y austero que abundaba en la tierra castellana. Con una durísima infancia y juventud, decían que él era un hombre metódico, puritano, poco locuaz, taciturno y a veces áspero. Un compañero suyo afirmaba que si hubiera vivido en los tiempos de la conquista de ultramar, hubiera sido un buen misionero.
 
Era un asceta, un leonés hecho para el sufrimiento. En 1920, es elegido por sus compañeros para viajar a Rusia, e informar del nuevo Estado allí surgido y ver, si se adherían o no a la III Internacional. Tras recorrer Europa, sin dinero y con orden de busca y captura, asiste al II Congreso de la Internacional Comunista. Allí pasará a la historia como el obrero español que rebatió ¡al propio Lenin! Su intervención de apenas diez minutos, llamó poderosamente la atención de los jerarcas soviéticos, entre los que se encontraban Trosky, Zinoviev y Lenin, y fue una durísima crítica y un alegato por la libertad.
 
Hubo de ser cortado, y se gastó casi una mañana en rebatirle, resumido en la famosa frase de Lenin: Libertad, ¿para qué? De ese viaje redactó un informe narrando todo tipo de corrupciones (cruceros, vodka, limpiabotas...) que manejaban los líderes comunistas, y cómo compraron a los representantes europeos. Según informes del propio congreso solamente dos compromisarios no habían aceptado dinero para el viaje de vuelta: Ángel Pestaña y el también español, Fernando de los Ríos, que iba en representación del Partido Socialista. Por los informes de ambos, la CNT y el PSOE no se adhirieron a la Internacional Comunista.
 
A su regreso fue detenido nuevamente, pasando casi dos años en la cárcel, sin disminuir la actividad militante. Al comenzar la Guerra Civil, Pestaña reingresó en la CNT, y luchó por evitar las matanzas en la retaguardia, existiendo muchos testimonios de personas a las que liberó, simplemente condenadas por el delito de ser católico, leer El Debate o el ABC. El fanatismo pasó por encima de él y ya no volvería a jugar un papel importante, comenzando una rápida enfermedad, que le llevó a la muerte el 11 de diciembre de 1937. Su entierro fue una auténtica manifestación de dolor a la que asistieron miles de ciudadanos. El Partido Comunista fue la única organización que no envió representación. Su única herencia fue una deuda de 6.000 ptas. En médicos y medicinas, que saldaron sus amigos.

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