Reunión en el Club Chkalov de Moscú, foto UGT
Entre ese año y el siguiente llegarían a España cerca de la mitad de los jóvenes enviados a la URSS.
Los retornados encontraron a su vuelta un régimen hostil, la desconfianza de unas autoridades que sospechaban de su filocomunismo y, sobre todo, unas familias que dejaron ir a niños y que recibían tras casi veinte años a adultos, en ocasiones padres de familia a su vez, con otra educación y experiencias vitales opuestas. El reencuentro por tanto no fue fácil y un número no despreciable decidió finalmente regresar a la Unión Soviética.
Previamente, un pequeño grupo de unos 150 niños obtuvo permiso, en 1946, para marchar a México a reunirse con sus familiares. A otro grupo de unos 200 "niños", el conocimiento de la lengua española los llevó a viajar, desde mediados de 1961 y hasta mediados de la década de los setenta, a la Cuba de Castro, como especialistas soviéticos enviados por el Partido Comunista de España, desempeñando allí trabajos de traductores, profesores, en la construcción o incluso como técnicos para la inteligencia cubana.
En Cuba recibieron el apelativo de "hispano-soviéticos".
La mayoría de los niños que finalmente pasaron sus vidas en la Unión Soviética, regresados tras la guerra a los lugares de los que habían sido evacuados, acabaron radicándose en Moscú, aunque hubiera quien acabase situando su residencia en los remotos parajes de Siberia. Las estancias vacacionales en España estaban permitidas para los que hubieran permanecido veinte años en la URSS. Desde los años 60 algunos fueron volviendo de manera individual, y tras la caída del muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética, un número considerable volvió a España. Los supervivientes han seguido manteniendo un contacto frecuente. Los que permanecieron definitivamente en la URSS, concretamente en Moscú, solían reunirse en las salas de alguna fábrica, en el club Chkalov o en el propio Centro Español (también conocido como "Casa de España"). Los que volvieron, ya fuese a través de asociaciones (entre ellas las de Asturias, País Vasco o Madrid) o de un modo más informal, también han seguido frecuentándose en los lugares de los que eran originarios y a los que volvieron.
En todo caso, la situación para todos ellos nunca dejó de ser peculiar, debido a que España no mantuvo relaciones diplomáticas con la URSS hasta los últimos meses de la dictadura, en 1977. Incluso en algún aspecto se vieron perjudicados por la caída del régimen soviético, quedando en un limbo legal del que salieron en 1990, con la concesión de la posibilidad de recuperar su nacionalidad "perdida" por parte de las Cortes españolas. Posteriormente, en 1994, obtendrían el derecho a recibir pensiones de jubilación, invalidez y supervivencia. En 2005 se reconoce, tanto a los aún residentes en el extranjero como a los retornados, el derecho a una prestación económica por su condición de menores exiliados que pasaron la mayor parte de su vida fuera de España. Dicha ley incluye asimismo mecanismos para la cobertura sanitaria cuando ésta fuese insuficiente en el lugar de residencia.
Los supervivientes de aquellos niños recibieron, en diciembre de 2003, la Medalla de Honor a la Emigración en su categoría de oro
Fuente Wikipedia
Entre 1956 y 1959, se efectuaron las cuatro expediciones conocidas de retorno a España desde la Unión Soviética
Los niños, ahora ya adultos, esperaban encontrar a su vuelta el amor de sus familias, el que hace tanto necesitaban.
Cual fue la sorpresa de éstos cuando llegaron. La vuelta a España fue decepcionante para ellos, pues las familias a las que esperaban encontrar de nuevo ya no eran las mismas de entonces, al igual que los padres no encontraron a sus niños, pues ahora eran ya adultos y tenían familias y una educación y cultura diferentes a la española.
Cuando fueron retornando de manera individual y muy controlada, ya habían pasado muchos años, y la integración en la nueva sociedad española era ahora casi imposible, pues los numerosos cambios desmesurados que se habían producido con la instauración del régimen autoritario de Franco eran abismales.
En resumen, el retorno a España no fue jubiloso, pues algunos de los dirigentes del régimen franquista estaban convencidos que su regreso no se quedaría solo en eso, sino que con ellos vendría algún agente comunista infiltrado, a pesar de ello no les convenía la negación de su vuelta.
Otras fuentes
Centro Español en Moscú
La sustancial labor de fomento de la lengua y la culturas hispanas en Rusia desde su Centro Español (antigua Sede del Partido Comunista Español), sito en la céntrica calle Kuznetski Most, nº18/7, de Moscú, donde siguen llevando a cabo su singular e inagotable acción cultura.
Espanaenmoscú
Los niños, ahora ya adultos, esperaban encontrar a su vuelta el amor de sus familias, el que hace tanto necesitaban.
Cual fue la sorpresa de éstos cuando llegaron. La vuelta a España fue decepcionante para ellos, pues las familias a las que esperaban encontrar de nuevo ya no eran las mismas de entonces, al igual que los padres no encontraron a sus niños, pues ahora eran ya adultos y tenían familias y una educación y cultura diferentes a la española.
Cuando fueron retornando de manera individual y muy controlada, ya habían pasado muchos años, y la integración en la nueva sociedad española era ahora casi imposible, pues los numerosos cambios desmesurados que se habían producido con la instauración del régimen autoritario de Franco eran abismales.
En resumen, el retorno a España no fue jubiloso, pues algunos de los dirigentes del régimen franquista estaban convencidos que su regreso no se quedaría solo en eso, sino que con ellos vendría algún agente comunista infiltrado, a pesar de ello no les convenía la negación de su vuelta.
Otras fuentes
Centro Español en Moscú
La sustancial labor de fomento de la lengua y la culturas hispanas en Rusia desde su Centro Español (antigua Sede del Partido Comunista Español), sito en la céntrica calle Kuznetski Most, nº18/7, de Moscú, donde siguen llevando a cabo su singular e inagotable acción cultura.
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