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sábado, 7 de enero de 2012

Cinco cosas que nunca le agradecimos a la Unión Soviética

Ahora que han pasado 20 años desde la caída de la Unión Soviética, está nuevamente en boga hablar sobre lo atroz que era aquel sistema. Me pregunto hasta qué punto esta postura es producto de los medios de comunicación occidentales. No quisiera iniciar un debate acerca de lo que era el comunismo clásico puro y lo que resultó ser el estalinismo. Tampoco quiero dejar de lado las atrocidades que se cometieron. Pero lo que sí deseo es recordar algunas de las cosas que le debemos a la URSS y nunca le reconocemos.

1. Derechos de la mujer. Mientras que algunas islas habían otorgado a las mujeres el derecho al voto ya en el siglo xix, la primera gran oleada de cambios ocurrió a comienzos del siglo xx. En el año 1917, sólo cuatro grandes países (Australia, Finlandia, Noruega y Dinamarca) habían adoptado el sufragio femenino. La Revolución Rusa de 1917, que defendió la igualdad de derechos para todos, difundió el temor a que las feministas encontrasen en el comunismo un sistema más atractivo, y pudieran conspirar junto con los bolcheviques para importarlo a los países occidentales. La mejor forma de cortar de raíz semejante amenaza era otorgar a las mujeres el derecho al voto. Gran Bretaña y Alemania lo legalizaron en 1918, les siguieron los Estados Unidos en 1920, y otros pronto tomaron el mismo camino. Francia fue la única gran potencia que no reconocería este derecho hasta 1944.
2. Legislación laboral. Esto es bastante obvio. Contamos con una semana laboral de 5 días, vacaciones pagadas de 2 a 4 semanas, permiso de maternidad, cobertura de salud, estándares de seguridad para operarios, etc. por la presión que ejerció el comunismo sobre el capitalismo. Nunca logramos ver la faceta humana del comunismo, pero gracias a la URSS, sí vislumbramos un lado más humano del capitalismo.

3. La Segunda Guerra Mundial y la reconstrucción posbélica. La URSS desempeñó un papel fundamental en la derrota de la Alemania nazi. Stalingrado es el famoso campo de batalla que logró desbaratar la guerra relámpago (“blitzrieg”) y cambió el desarrollo de la guerra. La URSS sufrió la pérdida de 23,4 millones de personas (más que en Alemania y más de 26 veces el número de muertes que sufrieron los Estados Unidos y el Reino Unido juntos). Una vez concluida la guerra, se diseñó el Plan Marshall debido a que los países aliados de Occidente no querían que Europa sucumbiera al comunismo al enfrentarse a la muerte, el hambre y la desolación. De hecho, el Plan se desarrolló sólo bajo la condición de que los comunistas fuesen excluidos de los parlamentos de los países que recibían ayuda. ¡Qué democracia!

4. El camino anticolonial. Mientras que el imperialismo alimentaba la maquinaria industrial y capitalista, la URSS defendía la causa de las colonias explotadas. Extendió su ayuda a los dos países que luchaban por su liberación y a los países que recientemente habían logrado su independencia. Las inclinaciones soviéticas por la lucha libertaria india no son un secreto; para un país pobre que luchaba por ponerse en pie, la ideología comunista resultaba naturalmente atractiva.

5. Descubrimientos científicos. Los soviéticos lanzaron el primer satélite y luego enviaron al primer perro, al primer hombre y a la primera mujer al espacio. También desarrollaron diversos diseños televisivos. Para resumir, no habría un Tata Sky (sistema de difusión directa por satélite) si no fuera por la magia soviética. Además, los soviéticos también se llevan la medalla de haber creado órganos artificiales, el primer helicóptero, la xerografía y el tristemente célebre fusil AK-47.


Hasta aquí el artículo. Esta autora ha seleccionado estas cinco cosas a agradecer a la URSS. Se podrían seleccionar otras muchas como la alfabetización universal, la lucha contra el fanatismo religioso y nacional, la elevación del nivel de vida de la clase obrera, el fomento del arte y la cultura, y un largo etcétera.

1 comentario:

Jordi dijo...

Valiente artículo. Perdón: quería decir: Valeroso artículo. Lo más fácil es renegar de la URSS como si hubiese sido la quintaesencia de la maldad -es lo más fácil, hasta para ciertos "herederos" de los antiguos partidos comunistas-, cuando lo cierto es que el intento de construir una sociedad más justa, que se llevó a cabo en la URSS y en otros países como Cuba, ha sido una de las más valiosas experiencias de la Historia reciente de la Humanidad. Que esa experiencia resultase a la postre fracasada, y que por el camino se cometiesen numerosos errores y horrores que no pueden negarse, no puede ni debe ocultar el hecho de el capitalismo, hoy como entonces, es fuente de sufrimiento y miseria para la mayor parte de la Humanidad, y que construir una sociedad más justa y mejor es una impostergable necesidad.